El director y guionista italiano Ermanno Olmi falleció el domingo a los 86 años en el hospital de Asiago, en la región del Véneto, donde fue hospitalizado de urgencia el viernes y tras una larga enfermedad. Olmi, que fue reconocido en 2008 con el León de Oro del Festival de Cine de Venecia a toda su carrera, había nacido el 24 de julio de 1931 en Bérgamo en el seno de una saga campesina de profundas convicciones católicas, y en 1933 se trasladó con su familia a Milán. Su padre falleció durante la Segunda Guerra Mundial.

El cineasta logró la fama internacional en los años 70, principalmente con películas sobre los problemas del mundo laboral y donde daba la voz a los más necesitados. En 1978 su largometraje El árbol de los zuecos, un relato poético pero al mismo tiempo realista sobre la vida del campesinado italiano a finales del XIX, ganó la Palma de Oro en Cannes y más tarde el César a la mejor cinta extranjera. En 1982 Olmi se trasladó de Milán a Asiago y fundó la escuela Ipotesi Cinema para formar a nuevos talentos del celuloide. En 1988 estrenó La leyenda del santo bebedor, adaptación de la obra homónima de Joseph Roth, con la que selló su regreso al mundo de la gran pantalla y se hizo con el León de Oro del Festival de Venecia y con varios premios David de Donatello.

Entre sus últimos trabajos destacan El oficio de las armas (2001), una película histórica basada en la figura del condottiero Giovanni de Médicis que fue nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes y ganó varios David de Donatello, o el drama Cantando tras los biombos (2003), en la que aparece Bud Spencer en un papel dramático. En 2005 rodó Tickets, una película codirigida con Abbas Kiarostami y Ken Loach y en 2007 estrenó Centochiodi, con la que anunció su adiós al cine de ficción para dedicarse a los documentales.