flamenco

Todos somos Amaya

  • Numerosos colegas rinden homenaje a Remedios Amaya en el Auditorio

Estrella Morente entró en la escena como un turbión. No necesitó que la presentaran Los Morancos, que una vez más mostraron en la noche del jueves su compromiso con el flamenco. Vestida con pantalón y chaqueta, y adornada con un bello mantón de Manila, cantó los tangos granadinos que son marca de la casa, incluyendo El lenguaje de la flores, adaptación lorquiana que cumple ahora 45 años tan fresca como el primer día. También La noche de mi amor, un cuplé por bulerías que incorporó lo que Morente definió como el himno de la noche, es decir, La barca. Abrió la veda Miguel Poveda, que en mitad de sus bulerías cambió el tempo a jaleos extremeños, esa seña de identidad Amaya, para entonar el mítico estribillo, "Ay, ¿quién maneja mi barca?", símbolo de la incomprensión europea que se convirtió, como decimos, en un himno al amor que el arte flamenco le ofreció el jueves en Sevilla a Remedios Amaya.

Espléndida, bellísima, a la cantaora trianera, que estaba sentada en la primera fila, no le quedó más remedio que pegarse una pataíta ya que Poveda, puesto en pie sobre el filo del escenario, le cantó a bocajarro. Y, una vez abierta la veda, todos querían cantar el himno, todos querían que Amaya les bailara: Rancapino Chico, Pansequito, Aurora Vargas. Precisamente los tangos de Morente rompieron con la uniformidad rítmica buleaera que impuso Diego Carrasco, del que tomo el titular de esta crónica, con No me arrecojo, su última entrega, un tema con una estructura abierta, pleno de compás, donde no faltaron los rapeados.

La cosa se dividió entre los que cantaron temas de la homenajeada y los que prefirieron tirar de su propio repertorio. Entre los primeros, Niña Pastori -absolutamente entregada, tanto que el público le pidió un bis imposible, dada la cantidad enorme de artistas en cartel- destiló unas bulerías sutiles, endiabladas, gustosísimas. O Vanesa Martín que abrió la noche cantando a piano Quiero amanecer con alguien, tema incluido en Rompiendo el silencio, el disco que Amaya no pudo promocionar a causa de la enfermedad que, felizmente, ha quedado superada.

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