La puerta abierta, una película "pequeñita" y con "cero financiación" dirigida por Marina Seresesky, ha metido a Carmen Machi en la lista de nominadas a los Goya de 2017. "Sorprendida para bien" y "agradecida" a la Academia por considerar el filme para los premios, la actriz no quiere hacer quinielas para la gala del 4 de febrero. "Estoy muy sorprendida, sorprendida para bien, de que los académicos hayan visto la película y la hayan considerado para esto. Estoy muy emocionada por eso. Muy contenta", reconoció la madrileña, ganadora del Goya a mejor actriz de reparto en 2015 por la comedia Ocho apellidos vascos.

Está sorprendida, dijo, porque La puerta abierta es una película "muy pequeña", además dirigida por una mujer, ópera prima y "cero financiación". "Ni siquiera tiene el apoyo de Televisión Española, y cuando digo que 'ni siquiera el apoyo' quiero decir que ni siquiera ha entrado ninguna televisión, ninguna nada, cero", precisó la actriz, que por este mismo papel es candidata al Forqué a mejor actriz, que se falla esta noche en el Teatro de la Maestranza de Sevilla.

La cinta, que también le ha valido la nominación a mejor actriz de reparto en los Goya a Terele Pávez, habla de la cara oculta de la vida de las prostitutas, del "mundo cotidiano de mujeres que viven de la prostitución en una corrala", agregó Machi. La actriz ha retomado a su "especial" y "atemporal" Helena de Troya en la obra Juicio a una zorra, con la que estará en el Pavón Teatro Kamikaze hasta el 29 de enero. Pero hoy dejará el vestido que le diseñó para ese papel Armand Basi y la peluca hecha por Antoñita, "la del teatro Español", con la que da voz a la mujer más vilipendiada de la historia en el montaje de Miguel del Arco para vestirse de gala en el Maestranza de Sevilla para los Premios Forqué. Luchará por el galardón con Adriana Ugarte (Julieta), Anna Castillo (El olivo), Inma Cuesta (La novia), Bárbara Lennie (María (y los demás)) y Emma Suárez (Julieta).

Ante estas dos últimas actrices, junto a Penélope Cruz por La reina de España, Machi se verá la cara finalmente el 4 de febrero en los Premios de la Academia de Cine, aunque a ella no le gustan las quinielas porque todas las nominadas son "sus amigas". "He trabajado con las tres y les tengo mucho cariño, mucho respeto y mucha admiración", recordó la camaleónica actriz, que tan pronto se convierte en la Helena de Troya de Miguel del Arco, como en una monja copista en La autora de las meninas, su "fabuloso" y esperado reencuentro con el dramaturgo Ernesto Caballero, o como en la prostituta que la ha metido en la carrera de los Goya.

Ganar esa estatuilla, dijo, es "lo de menos" para ella: "Me alegraría muchísimo de que ocurriera porque fue un trabajo durísimo el de La puerta abierta. Fue muy doloroso, también, tremendamente doloroso. Pasaron muchas cosas durante ese rodaje". "Ojalá pase algo bonito, pero con que le pase a Terele, yo ya soy feliz. Quiero que La puerta abierta se escuche, porque creo que se tiene que escuchar este formato de película".