Cultura

Claves para moldear el tiempo

  • Pylar presenta mañana en directo su sorprendente 'Poderoso se alza en my' en la fiesta del primer aniversario del sello Knockturne Records

Sabíamos que Pylar no es ni quiere ser un grupo de los que se dirían corrientes, pero aun así intentamos atraerlo a un camino, el de la lógica, que oviamente no es el suyo. La idea era explicar por qué su disco Poderoso se alza en my es no sólo una de las mayores anomalías del underground nacional en bastante tiempo, sino también y sobre todo una pieza fascinante que entrega sus recompensas a poco que uno sea capaz de prescindir por completo de esquemas y patrones que ellos, a todas luces, se regocijan en pisotear. Con su música ritual, hipnótica y turbadora, entre el doom metal, los cantos litúrgicos, el ambient ruidista y la improvisación jazzística (también es inevitable acordarse de los Swans más radicales si cabe la redundancia), así como con su intrigante y hermético imaginario de paganismo, religiones antiguas y ciencias ocultas, este inclasificable colectivo de Sevilla, formado por miembros de Orthodox y Blooming Látigo, ha subyugado al druida por antonomasia del rock contemporáneo, Julian Cope.

No es, ni de lejos, el único -pero sí el más célebre- que ha caído rendido ante este realmente insólito y potente debut de férreo anclaje conceptual que ha visto la luz -si esto fuera posible, dada la arcana y hasta acongojante oscuridad de su sonido- dentro del catálogo de Knockturne Records. Precisamente para celebrar el primer aniversario del sello, Pylar actuará mañana en la sala Holländer (calle Uranio 6, Polígono Calonge; 21:30, entradas a 8 euros) junto a Oikos, el proyecto ambient del gijonés Rafael Femiano, del que el sello sevillano le publicó un muy hermoso cassette, Vigilia. Lo que sigue son algunos fragmentos del intento de mantener una entrevista normal, sea esto lo que sea, con Lengua de Carpa, el integrante de Pylar -todos guardan el anonimato- que responde, por petición expresa, vía correo electrónico.

El germen del proyecto: "Surge de la frustración que supone estar sujeto en el día a día por el tiempo lineal. Una concepción temporal que tiene connotaciones religiosas, políticas y económicas muy claras. Si no estás de acuerdo con el monoteísmo, el Estado y el capitalismo, es imposible ofrecer una alternativa utilizando la construcción del tiempo que estos ordenamientos nos imponen. Para ello vimos que teníamos que desarrollar un acercamiento a la idea de tiempo basada en lo circular. Y el camino para ello es la magia. Pylar es un acto mágico".

Expectativas a la vista de la radicalidad de la propuesta: "No estoy de acuerdo en que sea radical. De hecho el disco como tal es una concesión. Lo ideal es que tuviese una duración de al menos 33 horas para tener un valor mágico completo. En lugar de eso hemos tenido que ceder y presentarlo en un formato que dura aproximadamente 70 minutos. Sin embargo en el disco presentamos claves sonoras y pictóricas para moldear el tiempo. Y respecto a las expectativas, pues no existen. Planteárselas es alimentar el tiempo lineal".

En qué medida influye en su música ser de Sevilla, tanto si hay alguna voluntad de dialogar con ciertas señas de identidad o de matizarlas integrándolas en otros contextos (la música de Semana Santa en Orthodox...) o si por el contrario representa quizás una huida emocional del ambiente predominante de la ciudad: "Lo que llamas el ambiente predominante de la ciudad es algo muy superficial que apenas nos afecta. Es una expresión pobre y atrofiada de lo que realmente es esta urbe. Una ciudad que durante milenios ha sido marcada por actos y objetos de poder y magia, tal como la arquitectura y el urbanismo nos indican, nos afecta queramos o no. Vivimos en una zona con uno de los conjuntos dolménicos más importantes de Europa. Durante milenios esas fuerzas dolménicas han cargado el territorio de tal forma que los actuales esfuerzos de contrarrestar tales energías resultan vanos. Construir torres o puentes fálicos es inútil, ya que la Tierra los desplazará cuando quiera. Enjaular a las diosas prehistóricas en las iglesias es absurdo, pues éstas se escapan cuando quieren manifestándose en infinitas representaciones cotidianas y riéndose de sus captores. Serrarle los cuernos al Dios Cornudo y disfrazarlo con túnicas no es más que un parche, pues las raíces de sus cuernos siguen intactas. Estas son las fuerzas que poseen a Pylar".

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