Arte

Bellver, Sevilla, las flores y el florero

  • Espadas se compromete a abrir el museo del coleccionista antes del 30 de junio.

  • El proyecto incluirá entre otros atractivos una biblioteca para investigadores y un servicio pedagógico.

Mariano Bellver y su esposa descubren la placa del museo en compañía de Juan Espadas y Javier Millán

Mariano Bellver y su esposa descubren la placa del museo en compañía de Juan Espadas y Javier Millán / Antonio Pizarro

Hace ya una década que Mariano Bellver ofreció ceder a Sevilla su extraordinaria colección de arte, formada principalmente por pinturas del XIX. Ponía un solo requisito para materializar la operación, que esos fondos que había ido reuniendo desde 1960, en un primer momento guiado por su sensibilidad y sus gustos estéticos y después apoyado en los trabajos de Enrique Valdivieso, no se dispersaran. Aquel sueño, sin embargo, se aplazó una y otra vez. La compra el pasado año, por parte del Ayuntamiento de Sevilla, de la Casa Fabiola, encontraba una ubicación definitiva para este patrimonio tras varios destinos finalmente descartados. Este martes lo decía Bellver, bilbaíno de nacimiento pero residente en la capital andaluza desde antes de entrar en la adolescencia: "¿Qué tenemos a día de hoy? Yo tengo un ramo de flores y el Ayuntamiento tiene un florero". Las piezas iban a encajar este mes, cuando el coleccionista cumple los 91 y la fecha que desde el Consistorio se habían marcado inicialmente para abrir, pero no pudo ser: el traslado de las dependencias de Hacienda que ocupaban el edificio y las obras de adecuación del inmueble han requerido más tiempo, para "gran desilusión" de Bellver. Este martes, sin embargo, se encendía "una luz que nunca quise que se apagara", según el coleccionista: se presentaba el proyecto museográfico que albergará la Casa Fabiola.

En el acto, en el que se descubrió una placa, el alcalde de Sevilla se comprometió a inaugurar antes del 30 de junio. "No hemos podido hacerlo hoy como habríamos querido, pero es una buena noticia ver ya la casa liberada y en obras".

Bellver, que se inició al coleccionismo cuando comprobó que carecía del talento para crear que sí poseían sus antecesores -un linaje de escultores entre los que está Ricardo Bellver y Ramón, autor del célebre Ángel caído del Parque del Retiro-, defiende que sus fondos "no necesitan explicaciones. Cualquier persona puede entenderlos, ésa es la pintura que siempre me ha gustado", afirma. Con similar mentalidad, la idea de brindar contenidos accesibles, se ha desarrollado el proyecto que detalló este martes el conservador del Bellas Artes Ignacio Cano. "El discurso museográfico se concibe para el máximo número de personas, para un amplio espectro". En total, Casa Fabiola acogerá 567 piezas, una donación en la que destacan 299 pinturas, el género favorito de Bellver, pero en la que hay espacio para la escultura.

Cano explicó que el recorrido del museo arrancará en la planta baja -donde también estarán las taquillas y el servicio pedagógico- con una mirada al descubrimiento de la Sevilla romántica por parte de los viajeros extranjeros. "Entonces hay un gran cambio en la pintura, se produce una renovación estética, cuando somos conscientes de que nos miran", apunta el especialista.

Tras esta sala, se mostrará la primera pintura romántica que cultivaron artistas como Cabral Bejarano o Domínguez Bécquer, escenas costumbristas y estudios de paisajes a los que seguirá en otra sala la recreación de un despacho con el impresionante mobiliario que posee Bellver y que se acompañará de un arte "más academicista".

El alcalde durante el acto, con Mariano Bellver y su esposa al fondo El alcalde durante el acto, con Mariano Bellver y su esposa al fondo

El alcalde durante el acto, con Mariano Bellver y su esposa al fondo / Antonio Pizarro

Ya en la primera planta, el visitante se encontrará con diferentes secciones como la pintura de los artistas que salieron al extranjero y se formaron en Roma o París, y la saga de los Jiménez Aranda, un paseo por el XIX que continuará en el salón de baile de la Casa Fabiola, que se destinará al costumbrismo de la pintura sevillana entre 1870 y 1900. La recreación de la Capilla con imaginería religiosa -la mujer de Bellver, Dolores Mejías, siente especial predilección por las tallas del Niño Jesús- o apartados dedicados a los paisajes de la Escuela de Alcalá y a las visiones de Sevilla completan la distribución del futuro museo, según adelantó Cano sobre un proyecto que entre otras singularidades tendrá una biblioteca para investigadores y un almacén abierto, "como poseen algunos museos americanos. Don Mariano tenía el deseo de que su colección sea vista al completo, y esto lo permitirá".

En la presentación, Espadas se reservó detalles del proyecto y no desveló ni qué precio tendrán las entradas ni quién se encargará de la dirección del centro: al proyecto Bellver-Fabiola aún le quedan páginas por completar. Pronto, las flores estarán en el florero.

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