Cultura

El Gobierno central elimina la Dirección General del Libro

  • La Federación de Gremios de Editores aplaude la iniciativa y recuerda que la Junta de Andalucía hizo hace dos años lo mismo para potenciar las industrias culturales

La Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas así como la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales se han suprimido del organigrama del nuevo Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. A ellas se suma además la Dirección General de Política e Industrias Culturales, según aparece publicado en el Boletín Oficial del Estado.

A partir de ahora, de la Secretaría de Estado de Cultura dependerán la Dirección General de Política e Industrias Culturales y del Libro y la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas.

La Federación del Gremios de Editores de España (FGEE) ha calificado de "guiño" el cambio en la Dirección General del Libro, incorporándola a una Dirección General de Política e Industrias Culturales y del Libro, "que va a ser la más potente". Así lo valoró Antonio María Ávila, director ejecutivo de la FGEE. En su opinión, dada la necesidad de reducir direcciones generales que se ha impuesto el Gobierno, "no es mala idea" esta fusión. "La Dirección más importante es precisamente la de Industrias Culturales porque de ella cuelga la propiedad intelectual, y prácticamente toda la legislación que quieren hacer tendría que nacer de ese organismo", explica.

Ávila recordó que hace dos años, en el organigrama de la Junta de Andalucía, se suprimió la Dirección General del Libro y actualmente sólo existe la de Industrias Culturales, "que incluye todo". A este respecto indicó que el "mensaje político" que desea lanzar ahora el Gobierno es que "quieren hacer una dirección potente de industrias culturales en la que desean singularizar de manera especial el libro". "Con todos los datos estadísticos y económicos de la cuenta satélite de las industrias culturales, el libro supone la mitad y en exportación el 80%. Por eso es muy positivo que la denominación Libro no desaparezca. Es un guiño a una realidad que existe", afirma.

Y añadió: "Se quiere hacer una ley de acción cultural en el exterior que en gran parte tiene que realizarse sobre nuestras espaldas. Quienes tenemos filiales por el mundo somos los editores y en esa dirección estará la Subdirección de Propiedad Intelectual, que a mi juicio es lo más importante que hay en esa casa, porque el libro necesita una buena Ley de Propiedad Intelectual. El libro es la industria nacional más globalizada y antigua. Los bancos salen fuera desde hace 20 años y nosotros llevamos 60".

Este asunto es para la Asociación Colegial de Escritores (ACE) "una evidente agresión a los sectores más indefensos de la creación literaria, los autores, considerándose a los creadores como ajenos a una industria que sólo tiene razón de ser por los contenidos: precisamente las obras de los escritores".

En un comunicado que firma su vicepresidente, Antonio Gómez Rufo, ACE indica que "marginar" a las Letras, en los recortes generales del nuevo Gobierno de España, "es otra muestra de desafección" a quienes hacen posible que los libros que se crean en nuestro país "construyan una industria que da trabajo a miles de personas en todos los sectores literarios, desde editores a libreros, desde imprentas a distribuidores, desde autores a periodistas y críticos, y suponen un porcentaje nada despreciable del PIB español, además de un escaparate internacional nada desdeñable de la imagen cultural de España".

La Asociación Colegial de Escritores de España (ACE) pone así de manifiesto su "disconformidad" con la supresión de la Dirección General del Libro y anuncia que iniciará "una reflexión general sobre el sector que dará a conocer en breve a la opinión pública".

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