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Crítica de Música

Honras para Murillo

Aunque no lo pareciera, este concierto era en realidad el cierre del Festival de Música Antigua, un cierre en cierto modo cogido por los pelos aprovechando que en estas fechas correspondía uno de los conciertos de abono de la Orquesta Barroca de Sevilla. Sea como fuere, se trata de uno de los mejores conciertos de la presente temporada de la OBS, con un núcleo temático muy en consonancia con las celebraciones religiosas de la pasada semana.

El principal aliciente, además de escuchar de nuevo a la OBS, era el de comprobar el resultado de la conjunción de nuestro conjunto musical con la dirección de Maxim Emelyanychev, que buenos momentos ha firmado al frente de la Sinfónica y en el foso del Maestranza. Y el resultado ha sido simplemente espectacular. Con ese sonido denso, compacto, rico en colores, afinado al máximo y capaz de todas las sutilezas que adorna a la OBS en sus mejores momentos, el director ruso moldeó unas interpretaciones cargadas de brío, de energía, pero también de detallismo en el fraseo, siempre al servicio de la expresión de los afectos. Ello quedó en evidencia desde el primer compás con la forma de remachar los ataques del Lamento de Locatelli, para a continuación clarificar las texturas en los diálogos entre los violines del Alla breve. O en la sutileza de la articulación con sordinas de In lagrime.

Peñalver se superó a sí mismo en la cantata de Bach, trenzando maravillosos diálogos con una Alicia Amo que nos puso el corazón en un puño con el conmovedor fraseo de Pompe inutili o de Tu del ciel ministro eletto.

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