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Jeremy Jay te hará bailar (despacito)

¿Penúltimo exponente de un trasnochado dandismo o sensible renovador del lenguaje glam? ¿Keats o Duran Duran? ¿Bowie o Fangoria? Jeremy Jay pasó la noche del jueves con nosotros, en la sala Malandar, con motivo de la celebración del cartel de la quinta edición del South Pop Festival, que tendrá lugar entre el 2 y el 5 de abril. Como teloneros, unos interesantes Blacanova, presentando nuevo repertorio y, por ello, quizá, un poco inseguros, pero tanto más sugerentes. Una cervecita más y, como quien no quiere la cosa, sube al escenario un muchachito que parece salido de un lienzo de Hockney. Sí, es él, ese chaval de ojos tristes que sube -¿o baja?- unas escaleras en la portada de A Place Where We Could Go, el primer largo del angelino, que sorprendió el año pasado al auditorio indie, siempre ávido de ultimísimos descubrimientos. Quizá haya algo de apresurado en las afirmaciones de la crítica -tan a menudo rayanas en lo publicitario, en la cortedad del eslogan-, que ha hablado de un nuevo Bowie, un Bolan redivivo.

Lo cierto es que Jay se ganó a pulso el entusiasmo de todos, quienes ya lo tarareábamos desde hacía meses y los que tenían la suerte de descubrirlo en concierto, la noche del jueves: Stratocaster blanca al hombro (como para recordarnos que en el principio fue Buddy Holly) y un acompañamiento suficiente (bajo, sintetizador y batería) para hacer bailar al público, que tristemente no llenaba la sala, al reclamo de: "Hey, podéis acercaros, que no mordemos". Sonaron algunos temazos de su primer elepé (gloriosas Beautiful Rebel, The Living Dolls o Heavenly Creatures), más su reciente Love Everlasting, la arrebatadoramente lánguida Lite Beam y otros temas de su próximo largo, de título Slow Dance e inminente publicación. ¿A quién se parece más? ¿Roxy Music, Bowie, los Smiths, OMD, The Magnetic Fields...? Deja de buscar y acércate a bailar con Jay, que no muerde.

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