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José María Manzanares: "Tras este largo parón no sé si me costará adaptarme al público"

  • Comienza a entrenar después de tres meses y medio de inactividad por el dengue.

José María Manzanares, que cuajó la mejor faena de la pasada Feria de Abril, ha comenzado a entrenar después de un largo periodo de inactividad debido a la enfermedad del dengue.

-¿Cómo se encuentra físicamente?

-Después de tres meses y medio estoy en baja forma. He perdido el tono muscular. Espero hacer el primer tentadero a comienzos de enero y desde luego estar recuperado totalmente para las primeras ferias. Los médicos me han dicho que me lo tome con calma, que no pase de 150 pulsaciones cuando haga ejercicio, que cumpla con una dieta y que beba mucha agua.

-¿Cuándo le dio el mosquito la 'cornada'?

-Lo he pensado durante mucho tiempo. Creo que fue en Cali. Yo toreé el 28 de diciembre y el 1 de enero. Esos días entrenaba por la mañana en un bosque cercano al hotel, donde había mucha vegetación y aguas estancadas. Volvía lleno de picaduras. Durante la temporada española fui perdiendo fuerza. Me trataron en julio por hipoglucemias y creían que era diabetes. Pero a mí me continuaban dando mareos. Quién iba a pensar que era un mosquito el que me metería en la cama. Cuando llegué al 30 de agosto en Linares no podía más y tuve que cortar.

-Este año comenzará sin el rodaje de América ¿Hasta qué punto le puede afectar?

-Tengo miedo de llegar a las grandes ferias españolas sin haber toreado delante del público. Tras éste largo parón no sé si me costará adaptarme al público. La responsabilidad cuando toreas a puerta cerrada no es la misma que en una plaza.

-¿Qué momentos le dejaron más huella en 2007?

-Las faenas de Sevilla, Toledo, Santander y Málaga. De las cuatro me quedo con la de Sevilla porque es una plaza que ha sido muy especial para mi familia. Es una faena que recuerdo muchos días. Viví un momento mágico, con la emoción del público y la mía, escuchando un pasodoble bellísimo, Cielo andaluz, que jamás lo había oído. Ahora lo escucho a menudo.

-En Madrid tampoco estuvo mal...

-También estuve muy a gusto. Tanto el Domingo de Resurrección, con un toro muy complicado, como en San Isidro, con un toro de Victoriano, que me sirvió de mucho.

-¿Le ha costado más de lo previsto convencer a los públicos de Sevilla y de Madrid.

-No pensaba excesivamente en ello. Siempre me he preocupado del presente. De pensar: hoy voy a estar a gusto.

-Personalmente, le he observado en la última temporada una actitud más decidida.

-En los dos últimos años he salido con más entrega. En los dos primeros años de matador quizás me faltara madurez o felicidad. Porque cuando estás feliz por dentro se nota en el ruedo. Y ahora estoy muy bien conmigo mismo y con mi entorno.

-¿Hasta qué punto ha podido influir en esa superación el reencuentro con su padre?

-No ha sido decisivo. Cada uno se saca las castañas del fuego y el que se pone delante del toro soy yo. Los dos últimos años me ha aportado porque para mí es el mejor torero que ha existido. Pero a mí me gusta volar solo y experimentar cosas nuevas.

-Además de su padre, ¿quiénes son sus referentes actualmente?

-Morante, Finito, El Juli y Enrique Ponce son los cuatro toreros en los que siempre me he fijado. Ahora, Castella y Talavante. Son los seis toreros que más me gustan.

-¿Qué sensaciones tiene para el próximo año y qué ha planificado?

-Espero seguir con la misma regularidad de este año y que la gente quiera verme. Tengo pensado torear entre 50 y 70 corridas y acudir dos tardes a Sevilla y otras dos a Madrid.

-Se comenta que en la Maestranza podría torear el Domingo de Resurrección.

-Eso es complicado. Están El Cid, Morante, El Juli, Ponce... Todos sueñan con esa fecha emblemática. Yo tengo mucha ilusión, pero eso depende del empresario y de mi apoderado.

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