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Cultura

Lars Von Trier regresa con una película provocadora y violenta al Festival de Cannes

  • Mat Dillon es en 'The house that Jack built', fuera de la competición, un psicópata que concibe el asesinato como obra de arte

Matt Dillon con Lars Von Trier, quien a sus 62 años concibe esta obra como una especie de "testamento".

Matt Dillon con Lars Von Trier, quien a sus 62 años concibe esta obra como una especie de "testamento". / efe

Siete años después de haber sido declarado "persona non grata" en el Festival de Cannes, el danés Lars Von Trier regresó al certamen fuera de competición con un filme violento, provocador y en muchos puntos inmoral, pero bien recibido pese a sacar de la sala a algunos espectadores. The house that Jack built, protagonizada por Matt Dillon y Bruno Ganz, "es en gran parte una caricatura o está escrito como tal", advirtió ayer el director en un encuentro con medios internacionales. Dillon encarna a un asesino en serie, un psicópata con trastorno obsesivo compulsivo, que discute con un misterioso Verge (Ganz), de cuya identidad no se dan pistas, sobre sus acciones y motivaciones. El protagonista ve cada asesinato como una obra de arte, y Von Trier cuenta la historia desde su punto de vista y aprovecha ese enfoque para reflexionar sobre la creación o la muerte.

"Es refrescante tener a un personaje que pueda hacer todo, ir en casi todas las escenas contra su propio bien y que no le pase nada", señaló el cineasta, vetado en el festival desde que en 2011 afirmara durante la presentación de Melancholia que entendía a Hitler. "Nadie entiende a nadie, pero puedo ver a un hombre que está en la mierda, y entender que eso es parte de la vida. En lugar de hacer de él un monstruo, ver lo cerca que estamos todos de ser asesinos en serie. La idea por supuesto es que debemos controlarnos y que la civilización y la democracia deberían ayudarnos", matizó ayer.

Superada la crisis con su regreso, el director dice sentirse bien acogido en esta 71 edición y llegar "más humilde". "En parte gracias al programa que sigo contra mi problema con el alcohol, que te enseña a aprovechar el momento", confesó Von Trier, Palma de Oro por Bailar en la oscuridad (2000) y autor también de filmes como Dogville (2003) o Anticristo (2009). The house that Jack built, dividido en cinco capítulos cerrados por un epílogo, era uno de los filmes más esperados este año, y estuvo a la altura, con escenas de violencia muy explícita. "Si a todo el mundo le gusta has fracasado", destacó el director, que consideró, en broma, que ser seleccionado fuera de competición es "parte del castigo" por su salida de tono.

Entre las muchas reflexiones lanzadas en esta última película llega a calificar de "icónicos" los aviones de ataque alemanes de la Segunda Guerra Mundial, pero, consciente de que sus palabras se analizan al milímetro, pidió no sacarlas de contexto. "Por supuesto que es una provocación", añadió Von Trier, que admitió haber realizado un filme muy personal, casi un "testamento" a sus 62 años, con referencias a anteriores obras.

A Dillon le costó embarcarse, preocupado de llegar a rechazarse a sí mismo al verse en pantalla. Pero le pudieron las ganas de ponerse a las órdenes de "un gran artista", de quien había recibido buenas referencias. "Me decidí porque creo que es bueno sentirse incómodo. Empezar a pensar que lo sabes todo es peligroso", añadió sobre un papel que más de un día le hizo llegar a casa llorando. En la película también actúa Uma Thurman, una de las muchas víctimas de un personaje que actúa con frialdad y humor ácido y consigue que, por momentos, la violencia pase a un segundo plano.

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