Crítica de Música

Maximizando la audiencia

wim mertens

Wim Mertens: piano y voz. Lugar y fecha: Auditorio Box, viernes, 3 de junio. Aforo: Lleno.

El ciclo Avantclass programado por el recuperado y remozado Auditorio BOX sigue avivando nuestra nostalgia por aquellos días de juventud y furor minimalista auspiciados por Ramón Trecet desde su programa de radio Diálogos 3.

Junto a Michael Nyman y Philip Glass, el belga Wim Mertens (1953), musicólogo al tiempo que compositor e intérprete, formaba por entonces el tercer vértice de la santa trinidad de los ritmos y esquemas repetitivos con una superficie melódica y emocional (propia del pop) apta para grandes audiencias, en una fórmula de eficacia probada que, como en el caso de Nyman, también alcanzó su mayor grado de popularidad en la película de Greenaway El vientre del arquitecto.

A diferencia del concierto de Nyman del pasado 6 de mayo, y dentro de un mismo formato solista, el de Wenders sí que nos trajo a un pianista con pleno dominio técnico, a un músico de negro absoluto y formas austeras que ha hecho de su peculiar voz de contratenor en falsete una seña de identidad y una socorrida muleta para liderar la línea melódica de un pianismo mucho más libre y suelto que el de su compadre británico.

Wenders optó además por mirar al presente interpretando un repertorio esencialmente nuevo, salido en buena parte de su último disco, What are we, locks, to do?, el décimo de los suyos (¡y son ya más de 60!) exclusivamente dedicado al piano y la voz, así que apenas se echó en falta una mayor fuerza instrumental de la que sí adolecía Nyman ante sus propias transcripciones.

Preciso, limpio, cómodo y ágil en el teclado, Mertens sigue haciendo de su silabeo ininteligible y arcano un arma para desnudar y pulsar emociones básicas ante el piano, y el público lo agradeció especialmente cuando, en el generoso tramo de bises, desgranó, ahora sí y con intensidad renovada, algunos de sus "éxitos" de los ochenta.

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