cine | la academia entrega mañana sus premios con JIMMY Kimmel como presentador

Oscar 2017: ¿El año en que Hollywood volvió a amar el musical?

  • 'La La Land' parte como favorita con 14 nominaciones, un récord que comparte con 'Eva al desnudo' y 'Titanic'

Una imagen de 'La La Land'.

Una imagen de 'La La Land'.

Con el comediante y presentador Jimmy Kimmel como maestro de ceremonias, los Oscar celebran mañana -en la madrugada del domingo a lunes, hora española- su edición número 89. Aquí van algunas claves de una gala en la que, si no hay sorpresas, la Academia se decantará de nuevo por el musical, y La La Land emulará a otros títulos del género como Un americano en París, West Side Story o My Fair Lady.

Una ciudad de grandes dimensiones.Quien opine que el cine ha perdido la solidez que poseía hacía unas décadas sólo tiene que comparar la lista de películas con mayor número de nominaciones al Oscar de la historia: ante el soberbio guión y las contundentes interpretaciones de Eva al desnudo (1950) palidecen los alardes técnicos y el romanticismo fatídico de Titanic (1997) y el derroche de nostalgia y de encanto de La La Land(2016). Esa ciudad de las estrellas (odioso el título en español) que ha levantado el jovencito Damien Chazelle se ha extendido hasta unas dimensiones inesperadas, y, con sus 14 candidaturas, no parece tener ya quien le sople. El idilio entre una actriz hastiada de pruebas (Emma Stone) y un pianista con añoranza de los grandes tiempos del jazz (Ryan Gosling) se ha mostrado infalible en la temporada de premios. El galardón del público en el Festival de Toronto, una distinción que suele destapar la que será la película favorita del año, supuso el arranque de una carrera espectacular culminada con el Globo de Oro, el Bafta y el premio de los productores. Sería toda una sorpresa si la ternura e inteligencia de Moonlight o la contención dramática de Manchester frente al mar, dos de los trabajos más celebrados de 2016, acabaran haciéndose con la estatuilla principal.

Chazelle y la obsesión por el éxito. Tanto en Whiplash (2014) como en esta La La Land, los personajes de Damien Chazelle albergan una enfermiza necesidad de reconocimiento, codician el éxito aunque esa empresa perjudique la estabilidad de su vida sentimental. No sabemos si el director ambicionará la cima con la misma desesperación, pero si es así el chico -32 años recién cumplidos- ya puede relajarse. Hace unas semanas, Barry Jenkins (Moonlight) o Kenneth Lonergan (Manchester frente al mar) contaban con alguna posibilidad. Sí, La ciudad de las estrellas era la preferida, pero en estos años el Oscar a la mejor película (Spotlight, 12 años de esclavitud, Argo) no había coincidido siempre con el premio al mejor director, de modo que igual la Academia elegía el musical de Chazelle en la categoría reina y se decantaba por otro cineasta en el otro apartado. Ya, después del Bafta, del Critic's Choice, del Globo de Oro y del premio de directores, que Chazelle haga diana parece cantado. Por cierto, el director prepara un biopic del astronauta Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la luna, que protagonizará Ryan Gosling.

El escándalo Affleck y otros revuelos.Y en la categoría de mejor actor protagonista nos encontramos a Matt Damon lamentando su suerte. El intérprete le encargó a Kenneth Lonergan un guión, el de Manchester frente al mar, para debutar con él como director,un filme que también protagonizaría. Al final, las constantes ocupaciones de Damon hicieron que se limitara a producir el proyecto: Lonergan dirigiría y el papel sería para Casey Affleck. Lástima, porque Mr. Jason Bourne, encasillado en las películas de acción, necesitaba un papel como este para enderezar su carrera. Affleck ha aprovechado bien su golpe de suerte, y se ha hecho con el Globo de Oro, el Bafta y un sinfín de premios. Aun siendo el favorito, su victoria no está tan clara: una acusación de acoso a dos colaboradoras en I'm still here, el falso documental que hizo con Joaquin Phoenix, pueden jugar en su contra. Y el galardón del sindicato de actores (SAG) ha recaído en Denzel Washington por su desgarrado trabajo en Fences. ¿Es demasiado un tercer Oscar para Washington? ¿El duelo entre él y Affleck no puede ayudar a que los votantes se decanten por Ryan Gosling, encantador en La La Land y ganador del Globo de Oro al mejor actor de comedia? No descarten esa posibilidad.

Emma Stone frente a la veteranía francesa.En películas como Supersalidos, Rumores y mentiras o Crazy, Stupid Love se vislumbraba que allí había una actriz con mucho que ofrecer. Años después, trabajos como Criadas y señoras, sus colaboraciones con Woody Allen (Magia a la luz de la luna, Irrational Man) o Birdman (su primera candidatura al Oscar) terminaron de confirmar a Emma Stone. Su participación en La La Land le ha valido la Copa Volpi en Venecia, el Bafta, el premio del sindicato de actores y el Globo de Oro a la intérprete de comedia. A priori, Stone resulta irresistible y el Oscar a la mejor actriz tiene su nombre, pero no hay que menospreciar a Isabelle Huppert, que por su esquivo personaje de Elle ha ganado el Globo de Oro (actriz dramática) o el Gotham Award, destacando ante otros trabajos tan redondos como el de Natalie Portman en Jackie y Ruth Negga en Loving. ¿Recuerdan cuando Juliette Binoche le arrebató a Lauren Bacall un Oscar predestinado para ella o Marion Cotillard derrotó a Julie Christie? ¿Y si una actriz francesa vuelve a vencer inesperadamente?

Patel, Ali, Bridges: muchas incógnitas. El Globo de Oro a Aaron Taylor-Johnson (Animales nocturnos), un nombre que no ha entrado en las candidaturas al Oscar, sembró la intriga en la categoría de mejor actor de reparto. Mahershala Ali sigue contando con las mayores posibilidades por su complejo, emocionante papel de un camello que se convierte en figura paternal del protagonista de Moonlight: el SAG, el Critic's Choice y una treintena de reconocimientos más avalan su condición de favorito. Pero el Bafta a Dev Patel (sí, el chico de Slumdog Millionaire ha crecido bien) por Lion, una película que juega hábilmente a ganarse las lágrimas del personal, supone un obstáculo en el camino de Ali. Y no lo olvidemos: Jeff Bridges está magnífico en Comanchería. El veterano ganó el Oscar en 2010, pero da la impresión de que Hollywood no lo ha reconocido lo suficiente.

El momento de Viola Davis. La desatada Penélope Cruz de Vicky Cristina Barcelona o la incontestable Meryl Streep de La dama de hierro impidieron, otros años, que una de las mejores intérpretes de la actualidad no tenga todavía un Oscar. Pero esta es la oportunidad de Viola Davis, la favorita indiscutible en la pugna por el premio a la mejor actriz de reparto por Fences, la obra con la que ganó el Tony y que ha llevado al cine con su compañero sobre las tablas en Broadway, Denzel Washington. Misterios de la promoción: como Alicia Vikander el pasado año, Davis logrará ser elegida la mejor secundaria por un papel que tiene un peso protagonista. Michelle Williams (Manchester frente al mar) y Nicole Kidman (Lion) brindan lo mejor de sí mismas en sus actuaciones, esta vez sí, secundarias, pero nadie en el cine de hoy llora mejor que Viola.

Los guiones: Manchester, la luz de la luna y un león.Chazelle triunfó en los Globos de Oro en esta categoría, pero su libreto tiene flaquezas evidentes. Si la Academia elige Manchester frente al mar como guión original y Moonlight como adaptado, las películas más aplaudidas del año encontrarán hueco seguro en el palmarés. El rival más fuerte de Lonergan es Chazelle; el de Jenkins el trabajo de Luke Davies en Lion, que se impuso en los Bafta.

o el escenario político. Ni el Neruda de Larraín, ni la Julieta de Almodóvar, ni Elle de Verhoeven, ni La doncella de Park Chan-wook (que no fue escogida por Corea del Sur y no podía ser seleccionada). La ausencia de los mejores títulos del año ponía en bandeja el triunfo de Toni Erdmann como mejor película en habla no inglesa. Pero la comedia de la alemana Maren Ade, que arrasó en los Premios del Cine Europeo, es quizás demasiado libre y desconcertante para complacer a todos y tiene en El viajante, de Asghar Farhadi, un contrincante muy serio. El director de Nader y Simin cuenta con un Oscar, pero el clima político puede ser decisivo en la elección. ¿No es reconocer los méritos artísticos de un iraní (que no asistirá a la gala) la mejor réplica a la política migratoria de Trump?

Mejor cortometraje de ficción. Una tradición española. Juanjo Giménez se ha sumado a otros cineastas españoles como Juan Carlos Fresnadillo, Nacho Vigalondo, Javier Fesser o Borja Cobeaga en colocar un cortometraje en los Oscar. Ninguno hasta ahora ha logrado la estatuilla. ¿Lo conseguirá Timecode, la pieza de Giménez, que ya mereció la Palma de Oro al mejor corto en el Festival de Cannes? Para invocar a la fortuna, el director asegura que llevará a la ceremonia el mismo esmoquin que le dio suerte en el certamen galo.

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