Infantil

Idea y diseño artístico: Cal y Canto Teatro | Intérpretes: Ana Ortega, Marcos Castro | Escenografía: Marcos Castro, Moncho Ronda, Raúl Simón | Pintura “Bululús”: Paula Cuesta | Iluminación: José Antonio Pereda “Bixbi” | Vídeo: David Castro | Montaje Sonoro: Santiago González | Fotografía: Nuria Alonso | Producción: Ana Ortega | Dirección: Marcos Castro.

16, 17, 18 y 19 de abril (10.00, 12.00 y 17.00) - Casa de la Provincia

Cal y Canto es la unión de Ana Ortega y Marcos Castro, dos jóvenes artistas burgaleses defensores de un teatro artesanal y cómico. En sus montajes, huyen del teatro de encargo, encasillado o pretencioso, y, en cambio, se sirven de las viejas herramientas del teatro para jugar con el espectador, para crear divertidas escenografías donde la utilización de extraños artilugios y disfraces originales ayuden a sus personajes a ensalzar la faceta del teatrero como artista cómico, creador de ilusiones.

Desde el año 2002 han montado cuatro producciones de muy distinta factura, aunque se perfilan ya las grandes señas de identidad de la compañía, como su particular danza con los objetos, el expresionismo de su estética y la elaboración de textos inteligentes, cómicos y satíricos. El circo, el teatro de calle y la danza también dejan su particular huella en cada montaje. Como en el que presentan en el Fest, Colonbululú, una obra que a priori, capta toda la atención en su singular montaje, basado en la técnica del bululú. Así, una estructura circular de barraca de feria de siete metros de diámetro, donde el público se introduce, será el escenario itinerante de la vida de un Colón enfrentado a su propio mito a través de su diario secreto.

Dentro de la barraca,  los espectadores se ven rodeados de diversas escenas creadas con paneles pintados en los que existen agujeros donde los actores muestran su rostro. Las escenas representan diferentes situaciones de la vida de Colón, desde su infancia, hasta conversaciones con la reina Isabel, y los dos rostros de los actores (Ana y Marcos) recrearán hasta un total de treinta personajes distintos. Los cómicos recorren así su itinerario alrededor de la estructura, insertando sus manos y rostros, manipulando títeres y objetos, modulando sus voces…trabajando en todo momento por fuera de la escenografía, lo que crea otro particular espectáculo en el exterior, el de ver poner en marcha toda la maquinaria, todos los mecanismos, resortes, manivelas y objetos que se utilizan.

Una obra original que no sólo está destinada a los niños, que disfrutarán, sin duda, con la parte visual, sino también a los adultos, que podrán apreciar además la parte satírica, los múltiples sobreentendidos de una obra que pretende ser también una crítica social. Finalmente, la experiencia termina con una sesión de fotos para los espectadores, que podrán inmortalizar su retrato asomados en los paneles.

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