El presidente de los productores españoles, Pedro Pérez, ha dicho hoy que experimentar con nuevas formas de explotación cinematográfica, como va a hacer Paco León con Carmina o revienta, no sólo "no es malo", sino que lo que él consideraría "un suicidio" sería "no hacer nada".

"Somos un país bastante conservador para los cambios, pero creo que no es malo que haya gente que inaugure nuevas experiencias, sobre todo a su costa. Y ya veremos en el futuro qué ocurre", ha comentado el presidente de la Federación de Asociaciones Españolas de Productores Audiovisuales Españoles (Fapae) acerca de la iniciativa de León.

El actor, director y productor de su ópera prima ha decidido distribuir la cinta a partir del 5 de julio simultáneamente en salas de cine, DVD y también por internet. "Yo no sé si es un suicidio (la explotación simultánea en varias pantallas y formatos) o el suicidio es no hacer nada", ha manifestado Pérez, para quien "nadie sabe nada del futuro de la explotación de una película", ni siquiera en EEUU, donde "tienen la misma pelea que nosotros" y donde ya se han hecho estrenos simultáneos de grandes producciones en sala e internet "con precios altísimos", y movimientos en contra encabezados por directores como James Cameron. "Se habla mucho del emprendedor, pero en España todas las buenas y grandes ideas que triunfan están viniendo de fuera. El suicidio -ha insistido Pérez- sería quedarse quieto, y no sé si (a Paco León) le irá bien o mal, pero experimentar no es malo".

También ha comentado el asunto el cineasta Enrique Urbizu, para quien "no parece que esté muy claro que salga bien el negocio", vistos los resultados en la industria americana. "Me parece que Paco (León) está siendo muy valiente, primero, por su película, que es muy peculiar, y ahora por proponer este modo de explotación. Espero que le vaya bien, porque el resto podremos sacar conclusiones de su experiencia, y le deseo mucha suerte", ha resumido.

El director de No habrá paz para los malvados, ganadora de seis Goyas en la última edición de los premios de cine españoles, ha indicado sin embargo que, si se pone "el traje de cineasta", debe decir que "el tamaño sí es importante". "Algunos todavía concebimos las películas para bastantes metros de pantalla. Se está olvidando el lenguaje y se está volviendo al kinetoscopio, que es donde empezó todo esto, allá por 1890, al consumo individual, privado y en pantalla pequeña, con condiciones de sonido y visibilidad bastante nefastas".

"Que viva la pantalla grande", ha resumido el realizador vasco, porque "algunos seguimos haciendo encuadres para que tengas que girar el cuello, no para verlo con lupa".

Por su parte, León ha manifestado que está convencido de que el experimento será "interesante para todos, incluso para los exhibidores, que son los más reacios y se sienten atacadísimos por este modelo, pero es que yo creo que este es el futuro, internet -ha señalado-, y no nos queda otra".