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Pirineos de hielo y fuego

  • Luz Gabás publica 'Como fuego en el hielo', una novela atravesada por el romanticismo clásico con la que la autora regresa, además, a su tierra natal, la Huesca montañosa y nevada.

La escritora Luz Gabás.

La escritora Luz Gabás. / Efe

Benasque es el escenario de la tercera novela de Luz Gabás, la autora catapultada al éxito por Palmeras en la nieve en 2012, cuya adaptación al cine superó el millón y medio de espectadores. Como en aquella historia, en la nueva, Como fuego en el hielo, recién publicada por Planeta, la escritora vuelve a recrear un mundo en el que el romanticismo hierve en cada personaje, llenando sus vidas de tensión, honor y pasión. Autora también de Regreso a tu piel (2014), Gabás (Monzón, 1968) cierra ahora lo que ella misma denomina su "trilogía emocional".

Como fuego en el hielo es la historia de un país turbulento, marcado por las incertidumbres políticas. Los protagonistas de este relato, ambientado en Albort (el nombre que la autora le puesto al real Benasque), sienten los ecos de un Madrid revolucionado, que tras el exilio de Espartero en julio de 1843, año en el que arranca la novela, deja paso a una época de fuerte inestabilidad política y social. "Me llamó mucho la atención el paralelismo político entre el siglo XIX y nuestra época, hay incluso personajes de aquel entonces que me recuerdan a políticos de ahora", comenta la autora, que ha realizado un exhaustivo trabajo de documentación para alcanzar, dice, "el máximo rigor en todos los detalles de un contexto sorprendente por su actualidad". "Me hizo mucha gracia leer -comenta al respecto- las actas de algunos alcaldes que ya explicaban al Gobierno central los motivos por los que su situación no se podía equiparar a la del resto. Sí, ya existía esa frustración que ahora es tan actual".

La autora recrea el esplendor del turismo de baños termales a mediados del siglo XIX

Las escarpadas cumbres de las tierras fronterizas de Benasque, en la provincia de Huesca, en el pleno corazón de los Pirineos, le sirven a la autora para hablar de los orígenes del turismo termal, del espíritu ávido de salud en un idílico entorno, de las particularidades de una zona a la que muchos viajaban a mediados del XIX, por ejemplo los miembros de los linajes aristocráticos europeos, buscando aventura; y no pocas veces, apunta Luz Gabás, se topaban, sorprendidos, con las arraigadas y vigorosas costumbres de los montañeses.

La primera parte de la novela aborda la historia de los pioneros agüistas, que vieron una suculenta oportunidad de negocio ofreciendo la curación de los cuerpos y las mentes por medio de las aguas pirenaicas que emergían a ambos lados de la cumbre, también en Francia, donde algunos de estos proyectos gozaron de la suerte y el empuje de emprendedores que, en la segunda mitad del XIX, convertirían esta modalidad de turismo para las clases altas en una moda en toda Europa.

Aurore, uno de los personajes principales, compendia de algún modo los rasgos de todas esas adineradas y osadas viajeras que exploraron las cumbres pirenaicas. "No podía escribir una novela sobre los orígenes del pirineísmo sin poner a una mujer especial, por eos ella es el personaje más romántico e idealizado", explica Gabás.

La autora se inspira en el romanticismo, pero no esa clase de romanticismo rosa, o blando, sino en uno que, como el espíritu de su tierra (Gabás es también oscense), afirma, es "valeroso, elegante y duro". Los personajes de su nuevo libro viven una tensa historia de anhelos y frustraciones en la que la esencia del romanticismo agita sus hostiles rutinas, y en la que un adverso destino se entrelaza con los sueños de unos personajes que no saben cómo escapar. "Es una novela de decisiones, de sentimientos, y por eso es romántica. Trata del amor, la vida, la muerte y el pesimismo", remata la autora, que asegura haber escrito esta novela bajo el influjo del romanticismo inglés, en especial por esa idea recurrente del amor imposible. El que viven -o padecen- Cristela yAttua, dos personajes que marcan el ritmo de esta clásica historia de amor, en la que el anhelo apasionado de libertad y felicidad tropieza una y otra vez con la asfixiante realidad. El amor entre ellos, apunta la novelista aragonesa, "es como el de esas montañas que están eternamente frente a frente, pero sin poder tocarse".

Attua es un joven con un estricto sentido del honor y el deber que tras el asesinato de su padre decide hacerse cargo del negocio familiar, la Casa de Baños de Albort, situada en lo alto de la tierra a la que nunca quiso regresar. Esa decisión le obliga también a renunciar al amor de su vida, Cristela, una mujer inteligente y soñadora que tendrá que enfrentarse al conflicto entre razón y pasión.

Luz Gabás presentó Como fuego en el hielo en Benasque, el lugar que como señalamos antes le sirvió de inspiración para la novela; un alto municipio de la provincia de Huesca en el corazón de los Pirineos. El balneario de Benasque (en el libro, la ficticia Casa de Baños) está hoy parcialmente rehabilitado, pero es inaccesible en estas fechas por peligro de aludes. Su origen se remonta al siglo XVI.

En nuestros días el valle de Benasque da cobijo a los lugareños, pocos, y sobre todo a los muchos turistas que llenan sus casas durante los fines de semana y los veranos, atraídos por la naturaleza y, como esos antiguos viajeros de las élites europeas, seducidos por el espectáculo de las imponentes montañas. Incluyendo el Aneto, esa zona pirenaica de tresmiles atrae a un insaciable número de amantes de la montaña y senderistas que encuentran rutas a todos los niveles. En invierno los hoteles y albergues se llenan de esquiadores que disfrutan de los casi 80 kilómetros de pistas de Celer. Durante el verano, el río, aunque helador, se salpica de pesca y rafting, y el cielo de algún privilegiado parapente.

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