DIRECTO El resultado sobre la consulta de la Feria de Sevilla en directo

DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

José Luis Cienfuegos · Director del Festival de Cine Europeo

"Quiero que se vea dónde invertimos el dinero que se destina al festival"

  • El nuevo responsable del certamen promete una edición "sin frivolidades" en la que "no se van a poner barreras entre el público y los invitados" y los directores "vendrán a trabajar, no de vacaciones".

Quedan ya pocos días -la cita es del 2 al 10 de noviembre- para que se celebre la primera edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla con José Luis Cienfuegos como director, y el especialista que durante 16 años convirtió Gijón en uno de los certámenes de referencia perfila los últimos detalles de su aventura actual. Los aires renovados que trae se perciben en iniciativas como el apartado de Nuevas olas que dará cabida a ese cine de autor, más valiente, en el que cree, o en su idea de un certamen arraigado en la ciudad, en el que se aparquen las frivolidades de la alfombra roja y, promete, "no se van a poner barreras entre el público y los invitados". La mesura con la que se expresa Cienfuegos le impide hacer hincapié en las variaciones que planteará su gestión, y le lleva a reconocer que, como "todos" los responsables de festivales, aún alberga temor sobre cómo se recibirá su trabajo, a pesar de que su despedida de Gijón provocó un sinfín de adhesiones a su figura.

-¿En qué diría que se va a notar el cambio en la dirección del festival? ¿Cree que va a haber un sello Cienfuegos en esta edición?

-Lo que hemos intentado es mantener la coherencia de hacer un festival de cine europeo que cubra un espectro lo más amplio posible, y ahí incluyo desde el cine industrial, accesible para el espectador, con una estructura narrativa clásica, hasta propuestas más radicales, más novedosas, lo que se viene a llamar dentro del circuito de festivales el cine joven.

-Y ahí entra la incorporación de Nuevas olas.

-Esa sección dará acomodo a cierto tipo de cine más frágil, exigente, que yo no llamaría experimental, pero que sí son películas que necesitan cierto cuidado, y que el festival explique por qué están programadas. Sí se va a notar también el tipo de selección que se ha hecho en la sección Eurodoc, en cuanto que se van a ver trabajos que se desarrollan en el ámbito de la no ficción, títulos que han estado incluso en la Sección Oficial de festivales de clase A, como Leviathan.

-¿Es Nuevas olas una sección de transición que podría acabar convirtiéndose en la Sección Oficial?

-No, no. Las dos secciones, y el otro día lo apuntaba un amigo crítico, se complementan, igual que ocurre en Cannes con la Sección Oficial y Un certain regard y la Quincena de los Realizadores. Es cierto que en nuestra Sección Oficial va a haber propuestas radicales, y no muy cómodas para el espectador, pero ahí está también nuestro criterio como programadores. Digamos que los trabajos de las Nuevas olas son un poco más exigentes, por el terreno en el que se mueven. Por ejemplo, meter a Lisandro Alonso hace unos años en una Sección Oficial era un ejercicio de excesivo riesgo, pero cuando pasan unos años y tú educas al espectador ya puedes tenerlo allí, la propuesta se entiende mucho mejor. Ésa es la idea.

-Ese interés por educar al espectador es algo que ya ha repetido en anteriores ocasiones. ¿El público sevillano será fácil?

-¿Y por qué no? Aquí se programan todo el año películas en versión original. En ese sentido no tengo miedo, más bien al contrario. Aquí hay una Facultad de Comunicación Audiovisual, una Facultad de Bellas Artes, y supongo que los alumnos entenderán mejor las propuestas novedosas. No, no tengo ningún miedo al respecto. Además, para eso van a estar las presentaciones y los coloquios. Si tú te traes a un director, que explica su obra, presenta su largometraje, después hay un debate, se consigue una mayor accesibilidad del espectador a creaciones más radicales.

-¿Qué le aporta una institución como la EFA, con una dudosa proyección del cine europeo, a este festival, y este festival a la EFA?

-No estoy de acuerdo con eso de que la EFA tenga poca proyección en la promoción del cine europeo. Eso se ve en lo que es la comunicación de las nominaciones, en los Premios del Cine Europeo, etcétera. La colaboración con la Academia nos permite tener una sección que en otros años es la que más éxito de público ha conseguido. Independientemente de qué equipo directivo ha habido en el festival, esa sección ha ido manteniéndose, creciendo, en la aceptación de los espectadores. Eso ya es algo que merece la pena. Y esta colaboración nos ha permitido proyectar este año películas como Just the wind o The Parade, premiadas en Berlín. Es algo que suma, más que resta.

-¿Y en términos económicos, cómo es la colaboración?

-El festival hace una pequeña aportación como socio y la EFA nos permite tener gratuitamente, sin pagar alquiler, buena parte de sus títulos. Hay una gestión por parte de la European Film Academy con los productores de las películas para que la mayor parte de las películas que están en esta sección vengan gratis. Es una ventaja económica muy grande.

-¿De qué películas que se exhibirán en el festival se siente más orgulloso? Amour, de Haneke, o Holy Motors, de Léos Carax, se van a ver, y hay otros títulos que se estrenarán días después de pasar por el certamen. Nos referimos a esas películas que no vienen servidas en bandeja de plata...

-Es decir, las que te gusta programar. Hombre, los dos Paradise de Ulrich Seidl se van a estrenar aquí, y con eso estoy muy contento porque Seidl para mí es uno de los cineastas fundamentales en Europa. Aparte de eso, es una satisfacción que en la sección Nuevas olas tengas La última vez que vi Macao, la película de João Pedro Rodrigues, es bonito que puedas encajarla en el festival. Y ya lo he dicho, pero estoy muy contento con el tono que va a tener este año la sección Eurodoc, o las nuevas propuestas de cine español. Lo interesante es que puedas defender en el festival cierto tipo de cine en el que crees, como Arraianos, o que en el festival tenga acogida la primera película de León Siminiani, Mapa, son cosas por las que merece la pena seguir trabajando como programador de una cita de este tipo.

-Ha insistido en que en el tipo de festival que promueve habrá menos alfombra roja y más cercanía con el público.

-Es que en realidad los tiempos así lo dictan. A la hora de sacar adelante el festival queríamos optimizar recursos. A todos los recursos del dinero público hay que sacarles el mayor provecho posible, sin frivolidades, y yo quiero que eso se transmita en el festival. Es una propuesta construida sobre lo que son las instituciones, como la mayoría de festivales del mundo, y hay que desempeñar un ejercicio de responsabilidad. Quiero que se vea dónde está invertido el dinero que se destina al festival. Los directores no van a venir de vacaciones, van a trabajar, y no se van a poner barreras entre el público y los invitados del festival, más bien al contrario, o al menos eso intentaremos. Al tener que cambiar las salas hay que hacer una inversión en infraestructuras enorme, que tampoco nos iba a permitir muchas alegrías, por eso hemos de cuidar las partidas, no encaminarlas a gastos que hoy se percibirían como superfluos.

-La programación se pasa del Nervión al Alameda, Avenida y Cinesa Plaza de Armas. ¿Se ha perdido aforo con este cambio?

-No, no, el aforo es superior al que se tenía el año pasado. Hemos eliminado la sala más pequeñita del Alameda, pero en el Avenida, que sólo tiene proyección en 35 mm, ahí prácticamente hemos destinado las películas de Agnès Varda, que son en 35. Tanto el Teatro Alameda como dos salas del cine Alameda sí que van a tener tecnología digital. El Lope de Vega tendrá programación durante los fines de semana: inauguración, sábado y domingo. Entre otras sesiones se proyectará allí Invasor, la película de Calparsoro.

-¿Qué se ha previsto en el apartado de publicaciones? Hasta ahora en el SEFF no ha habido mucho interés por este tema.

-Lamentablemente, y bien que me duele, los tiempos ya no son los mismos en cuanto a la posibilidad de hacer publicaciones en los festivales. Lo que sí va a haber es un programa de mano muy trabajado, con sinopsis explicando cada película, contando los premios que esa cinta ha tenido, la información más completa posible. Y hemos intentado elaborar un catálogo más completo en cuanto a colaboraciones literarias con respecto a otros años.

-¿Cree que la repercusión que ha tenido su trabajo en Gijón atraerá a la crítica nacional de peso? Porque ése era otro de los problemas que tenía el festival, la falta de repercusión.

-Aquí hay un miedo que tenemos todos los directores de un festival más allá del Festival de San Sebastián, cuál es la cobertura que los medios darán a eventos como éste, cuál es el espacio que se destina en prensa, los minutos que se dedican en televisión o en radio a citas que tienen contenido y donde no prima tanto el colorín, la alfombra roja, como una defensa de cierto tipo de cine, que es lo que debemos defender los festivales. En esa lucha estamos todos.

-Pero, por ejemplo, para la versión española de Cahiers du Cinéma, que ha sido una referencia desde que salió, Sevilla no existía.

-No, este año sí, con ellos hay una colaboración.

-Y la prensa de Madrid no hacía mucho caso si no era por historias extracinematográficas, como la visita de Saviano.

-Esperemos que este año sea distinto. Por lo pronto, vamos a contar con algunos de los críticos, estudiosos, periodistas cinematográficos, de cierto peso. Todo depende de las propuestas que hagas y si es coherente con la línea editorial de cada medio.

-Hay 17 películas en la Sección Oficial, una cifra familiar en Nuevas olas... ¿No son demasiadas películas? ¿No ha sido una pesadilla para los programadores mover tantas piezas?

-Es esa tendencia que tenemos los directores de los festivales a programar de más. Somos muy egoístas [ríe], nos cuesta renunciar a películas que nos gustan, que crees que tienes que reivindicar. Es verdad que esas 35 películas que están en la selección oficial son muchas, pero es que este año ha habido una cosecha muy buena. Rebordinos, del Festival de San Sebastián, dice que hay películas para todos; yo no lo tengo tan claro, pero sí pienso que este año ha habido una gran producción de cine europeo, para alimentar San Sebastián, Valladolid o Sevilla.

-Ha heredado de otros años la sección Panorama andaluz. ¿Ha sido una carga incómoda, o ha encontrado material estimulante?

-No ha habido imposición alguna, de hecho este año va a haber más trabajos que en años anteriores. No quiero hablar de que en otras ediciones se programara por compromiso, pero en esta ocasión desde luego que no. 27 títulos entre cortos y largos no se programan por compromiso. Hemos recibido muchas propuestas por parte de la industria andaluza. Algo que sí creo que hay que cuidar más en próximas convocatorias es que el festival tiene que estar más con la industria andaluza, es algo que no hemos podido trabajar lo suficiente esta vez.

-Hablando de cine andaluz, ¿Grupo 7 y La voz dormida, que se exhiben dentro de la selección de la EFA, optarán al Premio del Público?

-No, no. Son películas inéditas las que optan al premio.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios