Cultura

La obra sobre papel de Ricardo Cadenas detiene el tiempo en 'Elegía'

  • Un mural y medio centenar de dibujos y 'collages' del pintor sevillano componen la retrospectiva que le dedica Cajasol

En su mundo creativo habitan imágenes de distinta naturaleza que él ha sabido vincular con un inusitado talento para el dibujo. Ricardo Cadenas (Sevilla, 1960), uno de los mejores pintores de una generación generosa en nombres propios, como los de sus compañeros Curro González y Patricio Cabrera, regresa a su ciudad natal dos años después de su anterior individual, Caza sutil, en la galería La Caja China.

Y lo hace con una ambiciosa retrospectiva de su obra sobre papel que la Obra Social de Cajasol inaugura mañana. Medio centenar de dibujos y collages de Cadenas componen esta muestra, titulada Elegía, que ha comisariado la crítica e historiadora del arte Aurora García. Las obras de pequeño y medio formato se agrupan en la sala Chicarreros (plaza de San Francisco) en tanto que en la sala Imagen puede verse el mural que hace un año Cadenas dibujó en las paredes de la Casa Pemán de Cádiz sobre paneles desmontables. Una pieza que mide 2,90 metros de alto por 13,25 metros de largo y donde este minucioso artista, profesor de dibujo en la Universidad de Cuenca, ofrece una alegórica visión de la provincia gaditana.

Elegía descubre en la sala Chicarreros distintos trabajos que van desde 1986 hasta la actualidad. Son obra llenas de sugerencias que aúnan, como ocurre con la memoria, referencias muy diversas y aparentemente contradictorias. La afición de Ricardo Cadenas por el flamenco y los toros, su pasión bibliófila y sus propias reflexiones sobre el quehacer del artista y la historia de la pintura se entrelazan en estas piezas.

En el recorrido aparecen, así, intermitentes homenajes a personajes y elementos de la cultura que Cadenas admira o le han influido en su trayectoria. Abundan las efigies de personalidades tan dispares como Fernando Pessoa, Marcel Duchamp, El Carbonerillo, De Kooning, Manolete, Jasper Johns, Miguel Hernández y Charlie Parker.

Su atención iconográfica al universo de los dibujos animados le lleva, por otro lado, a incluir en ese laberinto de relaciones e influencias que constituye su producción al padre de Mickey Mouse, quien protagoniza dos obras ejecutadas en 2006 -Walt Disney congelado I y Walt Disney congelado II-. "A través de ellas he querido reflexionar sobre la pérdida de la inocencia, el tiempo y el deterioro", señala Cadenas.

Aurora García subraya la transparencia y la sinceridad que guía todas estas obras. "Ricardo nunca oculta sus fuentes de inspiración y sabe hermanar como pocos artistas ese acervo de personajes de la alta cultura y de la cultura pular. A la vez, lleva magistralmente a su propio territorio el lenguaje de los otros. Nada en esos homenajes es gratuito o impostado. Todas estas referencias son para él mucho más que lecturas: las ha vivido y asimilado en el tiempo", explica la comisaria.

Esa vinculación es especialmente evidente en las mariposas y relojes de arena que conforman las múltiples capas -pictóricas y semánticas- de la serie Caza sutil, influida por la lectura de los diarios de Jünger, a la que pertenecen algunas de las obras pintadas en 2008.

Aurora García sostiene que las piezas de Elegía nos enfrentan "a un mundo creativo variado pero lleno de coherencia". Los collages trabajados con papeles, fotocopias y acetatos de los años 80 dejan paso, mediados los 90, a un mayor interés por ahondar en la naturaleza del dibujo, que a veces colorea al óleo. Como constante, su gusto por entrecruzar las líneas. Para la comisaria, la pieza que mejor identifica esta idea es Lacería, el retrato a lápiz de los esqueletos abrazados de la pareja neolítica hallada durante una excavación en Mantua.

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