Pocas veces había acogido Almería un concierto tan internacional como el que la colombiana Shakira tenía previsto ofrecer anoche en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Pero la ilusión duró poco. A las siete de la tarde comenzaron a extenderse los rumores: que si la artista ni siquiera estaba en Almería, que si había suspendido su vuelo, que si no había ensayado... Sus seguidores, llegados desde toda España, no se lo podían creer. Pasadas las 20:15 se colgaban carteles en las puertas del estadio en las que se explicaba que el concierto era suspendido "por problemas de montaje". Según declaró la organización, una grúa había caído al escenario y no había tiempo suficiente para solucionar el problema con garantías, por lo que se decidió suspender la actuación "para evitar posibles accidentes". Shakira tenía previsto ofrecer en Almería el único concierto programado en Andalucía, y el tercero en España, tras Barcelona y Valencia, de su gira Sale el Sol.

Tras este anuncio, comenzaron los llantos, las caras largas y la indignación. Algunos seguidores exigían que la cantante colombiana diera la cara. Otros coreaban que "lo que pasa en Almería no pasa en Madrid". Y muchos otros achacaban esa falta de consideración con el público (la noticia definitiva de la suspensión se dio a las 19:30, una hora antes de la apertura de puertas) a su romance con Piqué. "El otro día hizo esperar una hora y media en Barcelona para esperar a los jugadores del Barça, que estaban celebrando la Champions. Y ella es cantante y debe responder ante su público", decía Virginia Martínez, una joven llegada desde la localidad murciana de Molina de Segura.