Cultura

Sofisticados y "populacheros"

  • El singular dúo pop Astrud cierra esta noche en el CAAC la quinta edición del ciclo 'Nocturama' con una actuación especial junto a un cuarteto de cuerda y percusión l Astrud. Esta noche, a las 22:00, en el CAAC. Entradas a 5 euros.

Hace año y medio, Genís Segarra y Manolo Martínez, Astrud para las revistas y los aficionados a la música, estaban agotados, decepcionados, y dijeron basta. "Llegó ese momento -dice el primero- en que te cansas un poco de ti mismo y ya no te crees lo que haces de la misma manera". Buscando ideas que les entusiasmaran, Martínez se acordó de un "pequeño recital" que dio con el Col·lectiu Brossa, un cuarteto de cuerda y percusión. "Manolo se entendió muy bien con ellos y se quedó con el gusanillo de hacer algo más intenso con ellos; y a ellos les encantó la idea de volver a hacer algo", explica Segarra.

Una vez superada la crisis, el dúo pensó que "lo fácil hubiera sido hacer cualquier cosa", pero es esa comodidad lo que ambos quisieron precisamente evitar. "Tenemos muchas ganas de probar cosas, de acercarnos a las canciones de otra manera", explica Segarra. Esta noche, en el concierto de clausura de Nocturama, el ciclo musical veraniego del CAAC, el público podrá escuchar remozadas, "con otros arreglos, otros colores, en algunos casos más extravagantes", muchas de las canciones de Astrud, uno de los grupos con más personalidad del pop español de la última década, desde su debut discográfico en 1999 con Mi fracaso personal.

Desde entonces han ido construyendo una estética absolutamente reconocible que dio lugar, tras la creación de su propio sello, Austrohúngaro, a un singular mundo alrededor del cual orbitan desde hace años algunos de los satélites más singulares y sofisticados de la escena nacional. Formaciones como Hidrogenesse (proyecto personal de Segarra), Chico y Chica, Mano de Santo o Feria asumen en mayor o menor medida los planteamientos de Astrud: canciones de engañosa ligereza, en la línea de su admirado Carlos Berlanga, y estilizadas letras sobre relaciones hedonistas, situaciones frívolas, imposturas de la madurez, ángulos inesperados de la cotidianidad e irónicas referencias cultas.

Segarra no se reconoce sin embargo en esta imagen de grupo culto e hipermoderno. "Para nada. ¡Si somos muy populacheros! Nos encanta que alguien se acerque y nos diga: 'ay, qué bonita esta canción, ¿tenéis puestecito de discos a la salida?'. A ver: somos lo que somos, y no vamos a fingir que somos más tontos de lo que somos ni más ordinarios de lo que somos. Pero al hacer música, al ponernos delante del público, lo que queremos es disfrutar, entretener, contar cosas importantes si es posible; lo típico".

El de hoy será el primer concierto en este nuevo formato, y Segarra confiesa sentirse "un poco perdido en este aspecto". Pero sí sabe cómo no quiere que sea el resultado. "Ni serio ni solemne, y mucho menos pomposo. Se trata de hacer las canciones más bonitas, más sensibles, con más sorpresas". El dúo repasará temas seleccionados de todas sus grabaciones, desde Performance, de 2004, a Tú no existes, la última. Ambos tienen claro que sería "absurdo" después de tanto trabajo y tanto ensayo -comenzaron en marzo- "dejar morir" la sintonía alcanzada con el Col·lectiu Brossa, así que quizás esta noche se parezca mucho al futuro de Astrud.

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