El de Salteras instrumentó un notable toreo al natural al segundo y mostró su mejor dimensión ante el quinto, un animal de excelente condición al que le faltó un poco más de fuerzas.
Se lidiaron seis toros de Zalduendo, correctos aunque desigualmente presentados y mansos y rajados en líneas generales. El segundo se movió mucho, sobre todo por el pitón izquierdo, aunque acabó claudicando, y el quinto, escaso de fuerzas, tuvo un buen fondo de clase y nobleza.
Ficha:
Enrique Ponce: silencio y silencio.
Manuel Jesús ‘El Cid’: oreja y gran ovación.
Alejandro Talavante: silencio y silencio.
La plaza registró un lleno de no hay billetes en tarde gélida.
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