Crítica de Teatro

Thomas Bernhard a borbotones

no alvo

Compañía de Teatro de Braga (Portugal). Dirección: Rui Madeira. Intérpretes: Federico Bustorff, Silvia Brito, Solange Sá y Thamara Thais. Escenografía: Alberto Pèssimo y Jorge Gonçalvez. Vestuario: Manuela Bronze. Iluminación: Nilton Texeira. Lugar: Sala Fundición. Fecha: Viernes, 1 de abril. Aforo: Menos de media entrada.

Dado el desconocimiento que existe en Andalucía de la cultura de un país tan cercano geográficamente como Portugal, nos parece estupenda la idea de la Fundición de programar un ciclo de teatro portugués, con compañías representativas de algunos de sus centros principales.

Menos acertada, sin embargo, ha sido la elección de la pieza que anoche abrió el ciclo. Y no por falta de méritos del autor ni de la compañía de Teatro de Braga, la CTB, fundada en 1980 y afincada en esa ciudad desde 1984 bajo la dirección de Rui Madeira.

Su montaje, estrenado el año pasado, de la obra de Thomas Bernhard No alvo (1981) pertenece literalmente a lo que llamamos "teatro de texto", es más, podría decirse que se trata de metateatro, pues el hecho de que uno de los personajes sea un autor dramático hace que muchos de los dardos envenenados del autor vayan dirigidos al teatro mismo.

En escena se presenta a una madre viuda, que prepara con su hija y una criada el equipaje para irse a su casa de verano mientras que, en la segunda, lo deshacen ya en el lugar de destino, adonde han invitado al citado dramaturgo, autor de una obra titulada Sálvese quien pueda. Pero el densísimo texto del austríaco sale casi todo de la boca de la madre -actriz de memoria prodigiosa y con un cuerpo que se mueve entre el expresionismo y el neorrealismo-, y lo hace tan a borbotones que la mayoría de los espectadores, incapaces de leer subtítulos durante dos horas a la velocidad del rayo, acabó por arrojar la toalla. Una lástima.

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