Los suizos Zimmermann & De Perrot visitan hoy y mañana el Central para presentar Hans was Heiri, propuesta de teatro-danza en la que vuelven a fijar su atención en los sucesos cotidianos y a arrojar luz sobre lo aparentemente insignificante. "Construimos nuestras piezas partiendo de lo pequeño, de lo que no se ve, de lo que resurge en los momentos de descuido: eso es lo que nosotros exploramos y coleccionamos", afirma este dúo que asegura buscar en ese territorio de lo modesto "nuestros personajes, nuestros espacios visuales y nuestros sonidos, una respiración detenida momentáneamente, un instante de locura, un corazón que se encoge de repente".

Para poner en pie su poética, el tándem compuesto por Martin Zimmerman, bailarín, y Dimitri De Perrot, músico, maneja un lenguaje en el que se mezclan las acobracias, la danza y otros recursos escénicos, hasta el punto de que los autores admiten que a su trabajo "lo llamamos teatro, pues no hemos encontrado un nombre mejor".

En Hans was Heiri (que se traduciría como Juan como Enrique, pero que tendría una utilización parecida a la expresión española Tanto monta, monta tanto), Zimmerman y De Perrot cuentan con cinco artistas procedentes del circo y de la danza y con una curiosa escenografía, parecida a una rueda para hámsters por la que se mueven los intérpretes. La compañía, invitada a numerosos festivales, ha provocado el entusiasmo de leyendas de la altura de Mikhail Baryshnikov, que declaró: "Zimmermann & de Perrot nos ofrecen el paquete completo: una obra plástica con un diseño extraordinario y brillantes espectáculos. Son dos grandes innovadores, dos grandes artistas".