Crítica de Música

Una agradable 'matinée' doméstica

Pocas veces la sede de un concierto ha sido espacio tan adecuado para su música: la bella Capilla Doméstica de San Luis, que ha acogido tantas grabaciones de la música antigua sevillana, no solo ofreció una acústica perfecta para un dúo de violines, con el punto justo entre recogimiento y proyección, sino que su propio nombre anunciaba la música hogareña que ocupaba el programa.

Tal vez sea cierto que la Historia camina en ciertos asuntos hacia atrás, pues en el siglo XVIII la clase media -cierto que entonces no la formaba aún el 100'0 % de la población- era la destinataria de amplias ediciones de música para disfrute familiar, interpretada por músicos aficionados de cualificación suficiente. Para dos veteranos de la OBS, profesionales pues de alto nivel, la exigencia técnica de esa música es relativamente escasa, y las lecturas de Sánchez y Rossi hicieron justicia a la escritura de Boismortier o de un Telemann de serie B: música agradable y elegante, de escasa profundidad, bien delineada desde el pleno conocimiento del estilo. Muy equilibrados y conjuntados -si acaso levemente más redondo el sonido de Sánchez y algo más penetrante el de Rossi-, los violinistas no trascendieron el nivel de las obras pero frasearon con detalle y naturalidad.

Más enjundia tuvieron las variaciones sobre las Folies d'Espagne de Guignon -una especie de Paganini del Setecientos-, en las que el dúo se encontró unas exigencias mucho más altas y cumplió con ellas desde una amplia variedad en la expresión de los afectos, gracias a cambios de timbre, articulaciones extremas y dinámicas poderosas. Una pintoresca suite de Telemann y un curioso Mozart cerraron una mañana galante.

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