Espectacular era la palabra que se escuchaba ayer al terminar este Speakeasy (el nombre con el que se conocían los bares clandestinos durante la ley seca norteamericana: habla bajito) de los franceses de The Rat Pack. Seis intérpretes que demostraron, desde el primer segundo, tal maestría que los espectadores mantuvieron un respeto exagerado no atreviéndose a aplaudir los números que se sucedían sin parar , movidos de un prurito de respeto y de no querer romper la magia.
Dominan hasta el paroxismo la técnica, la acrobacia, el equilibrismo y los bailes aéreos. Resultando anonadantes los números de la escalera de caracol, la rueda Cyr o la perfecta e impecable actuación de Andrea Catozzi,
La obra es un homenaje al cine negro, al mundo de los gánsteres con todos sus tópicos y mientras se mueven en lo circense la obra vuela majestuosa, se mantienen cuando bailan pero aflojan en el mimo y la interpretación.
Lo dicho: ni una pega a su virtuosismo, pero se echó de menos, sin embargo, más deshinibición, más romper los cánones y atreverse a cambiar esos roles tan manidos de gánsteres masculinos y mujeres fatales-dependientes. Está bien el cine negro, pero rompamos lo clichés.
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