Cultura

El Estado compra el único manuscrito de 'Crucifixión'

El Ministerio de Cultura compró ayer por 30.757 euros el único manuscrito del poema Crucifixión, de la famosa obra de Federico García Lorca Poeta en Nueva York, que salió a la venta en una subasta de la casa Sotheby's en Londres.

"Ha pujado el Ministerio de Cultura", confirmó a Efe la presidenta de la Fundación García Lorca, Laura García-Lorca de los Ríos, sobrina del poeta, al precisar que la puja se produjo de "común acuerdo" con esa institución.

La Biblioteca Nacional será el destino final del manuscrito del poema. Según informó Cultura en un comunicado, "con esta actuación, se ha conseguido recuperar un importante documento para el Patrimonio Histórico español, que irá destinado a la Biblioteca Nacional". Molina subordinaba ayer, antes de la puja, la compra al precio que alcanzase la obra. "Nos gustaría tener esos manuscritos pero tenemos que administrar el dinero", adelantó el titular de Cultura.

Según la sobrina del poeta, Crucifixión completa el volumen de manuscritos originales de Poeta en Nueva York, que ya adquirió la propia Fundación por 230.000 euros en una subasta celebrada en 2003 en la casa Christie's de Londres.

El hológrafo, una de las piezas más valiosas del legado del poeta de la Generación del 27, formaba parte de un lote que incluye también dos cartas mecanografiadas de Lorca y cuyo precio inicial oscilaba entre 28.000 y 42.000 euros, según el cálculo realizado por los subastadores.

El pesimismo del manuscrito de Lorca (1898-1936) parece un presagio, pues fecha el poema justo seis días antes del estallido del crack del 29, la caída de la Bolsa de Wall Street.

Años después, en el invierno de 1935, el poeta regaló esa única copia del manuscrito a su amigo Miguel Benítez, aunque no volvió a recuperarla pese a que se la reclamó en las cartas mecanografiadas que subastó ayer Sotheby's.

"Te ruego encarecidamente me mandes a vuelta de correo el poema Crucifixión, puesto que tú eres el único que lo tienes y yo me quedé sin copia", le pide Lorca a su amigo, al resaltar que el texto "es de los mejores que llevará el libro (Poeta en Nueva York)".

Benítez no respondió y, tras el fusilamiento de Lorca, nadie supo más del hológrafo. El poema, pues, no figuró en las primeras ediciones de Poeta en Nueva York. Fue en 1950, cuando Benítez entregó el texto al poeta canario Agustín Miralles, que lo publicó en la revista Planas de Poseía, junto a las dos cartas mecanografiadas. A partir de entonces, el texto de Crucifixión se incorporó a las sucesivas ediciones de Poeta en Nueva York.

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