La discografía de serrat, con diario de sevilla

El mítico disco que devolvió a Antonio Machado a las librerías españolas

Diario de Sevilla le ofrece a partir de mañana sábado 1 de marzo un tesoro de la cultura popular española: la discografía completa de Joan Manuel Serrat, el cantante más importante de este país en el último medio siglo. Serrat personal es una colección exclusiva que suma 25 CD, con estuches y libretos que incluyen con cada disco comentarios del propio Serrat y fotografías de gran interés para conocer mejor su vida y obra.

La colección arranca con el álbum que popularizó a Serrat en toda España. A él llegó tras el éxito de sus primeros discos en catalán (como integrante de la fecunda Nova Cançó) y la buena aceptación de su debut en castellano con el álbum La paloma. Fue un doble reto porque, en 1969, sobre Serrat pesaba el veto en Televisión Española a raíz de no participar en el Festival de Eurovisión por prohibírsele cantar el La la la en catalán. Y Antonio Machado era, a ojos del régimen franquista, un republicano que debía ser recordado y leído lo menos posible.

Como analizó Manuel Vázquez Montalbán, "a partir de la musicación de los poemas de Machado, se incorporó a Serrat algo del talante machadiano, apercibido sobre todo en las canciones de reflexión moral y en las canciones dedicadas a la crítica de cierta tipología social. Es el origen de canciones como La muchacha típica. Si el Serrat lírico está emparentado, en una originalísima síntesis, con Quintero, León, Quiroga y Jacques Brel, el Serrat civil es fundamentalmente machadiano".

El disco con poemas de Machado, más los versos de Cantares en los que Serrat añade de su cosecha para hablar del poeta, y la canción En Coulliure, sobre su penosa muerte en el exilio, se convirtió en el elepé más vendido hasta entonces en España. 39 años después, no hay concierto en el que dejen de pedirle La saeta o Cantares.

Serrat, en el libreto de la primera entrega de esta colección, recuerda que el disco se grabó en Milán, "y fue objeto de críticas feroces, pero la crítica no siempre coincide con el público. En aquellos años muchos nos aventuramos a poner música a los versos de los maestros. A unos les fue bien, y a otros, no tanto. A Alberto Cortez, que hizo un trabajo francamente bueno de musicalización de poetas, la cátedra lo puso de vuelta y media. Yo recuperé dos canciones de Cortez para mi Machado: Las moscas y Retrato. Tal vez ahora el poeta no está tan solo en Coulliure".

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