Teatro social La interpretación, un escape al drama del barrio

Un documental retrata el coraje de Los Shespirs en Las Tres Mil

  • La ganadora de un Goya Isabel de Ocampo estrenará a principios del próximo año su visión sobre la historia de este grupo de teatro juvenil dirigido por Matilde López

La crisis económica también afecta a la ganadora del Goya en 2009 al mejor cortometraje por Miente. Con el premio de la Academia Isabel de Ocampo subvencionó parte de Piratas y libélulas, título provisional de un documental que retrata a Los Shespirs, el grupo dramático del IES Joaquín Romero Murube, situado en el barrio de Las Tres Mil Viviendas de Sevilla. Todavía tiene pendiente el rodaje de algunas entrevistas pero hasta ahí llega el dinero. Las imágenes de su documental saldrán a la luz a principios de 2010 pero ahora toca buscar financiación para el resto del proyecto. Lo bueno es que ya hay distribuidores, incluso franceses, interesados en la historia.

Pero esto a Isabel de Ocampo no le preocupa. En su día les dedicó su triunfo en la Academía y ahora repite en alabanzas. "Estoy muy contenta por la experiencia vivida con estos chicos". Los once actores de Los Shespirs aman el teatro como nadie, "para ellos es lo mejor que les ha pasado en la vida", completa la directora. Cuando De Ocampo conoció por casualidad a este grupo tras coincidir con su directora en un congreso, pensó: "Aquí hay talento". "Siempre he trabajado con actores y estos alumnos están dando más que los propios profesionales. Son muy pasionales, interpretan con el alma", reconoce. Esta salmantina llegó a un lugar desconocido para ella: "Me ha sorprendido el miedo arraigado de los sevillanos. Yo sólo he visto un barrio barato en el que nunca me ha ocurrido nada malo", define.

"Los adolescentes son muy viscerales y, gracias a ellos, en este documental todos hemos sido así", comenta la directora. "En las imágenes aparecen unos niños -sus edades oscilan entre los 12 y 17 años- que están todo el rato riendo y llorando, pero hay algo más. La experiencia de haberlo hecho siempre será más grande que el producto resultante", dice satisfecha.

Isabel de Ocampo se encontró a un grupo al que le costaba entender por su acento -incluso hubo quién le preguntó "¿Tú por qué no gritas?"- pero también vislumbró a aprendices de la interpretación entusiasmados con lo que hacían, jóvenes que antes de hacer teatro no sabían ni leer ni escribir, niños que habían aprendido a respetar y a sacar todo lo que llevan dentro.

Todo gracias a la directora de estos Shespirs sevillanos, Matilde López, la número doce del grupo. Para ella, Los Shespirs son como su familia. Ha conseguido motivar a unos niños que no encontraban su lugar en el mundo. "Les hacía ver que este arte es la cosa más importante que hacían en la vida. Además, es así, el teatro es su única posibilidad de tener voz, de denunciar su situación". Todo empezó como una propuesta pedagógica para su asignatura de Lengua y Literatura, "¡Y acabarón recitando a Shakespeare!", recuerda entusiasmada. "A ellos les gustó hacer teatro en mi clase y exportamos la actividad a un horario extraescolar. De esta manera, también conseguía sacarlos de la calle", matiza.

La última obra de los Shespirs, una versión de Romeo y Julieta titulada Raúl y Julia, según López, tenía "una calidad teatral muy buena", dice la directora, que recuerda una anécdota que ejemplifica lo verídico de lo que cuentan sobre el escenario: "Estábamos ensayando el enfrentamiento entre las dos familias con un tiroteo de por medio y en plena calle sucedió otro por el mismo motivo, pero con balas de verdad". Así que no es de extrañar que Los Shespirs digan que el grupo es "su burbuja", un lugar donde se expresan, lloran y rien sin importar si llevas gafas, si tienes más o menos kilos o si eres amanerado. "Todos son iguales", insiste la homenajeada por su labor pedagógica por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía.

Isabel de Ocampo afirma que lo que le gustaría conseguir con el documental "es que alguien se fijase en ellos, que vean que el teatro tiene sentido más allá de la escuela, que es una forma de ganarse la vida vinculado con el arte que llevan dentro". De momento, María Vizarraga, actriz del grupo, es premiada en todos los festivales a los que asisten. Talento no falta.

El Festival de Almagro es el final del documental pero la vida sigue para ellos, su blog, en el que todos escriben sus inquietudes con un estilo tuenti, seguirá creciendo y un curso más se presentará con entusiasmo. Antonio, uno de ellos, intenta ingresar en Arte Dramático, muchos continuarán en Los Shespirs y otros, por desgracia, dejarán de hacer teatro por las obligaciones de una sociedad que necesita más dinero que arte. Lo que sí saben todos es que son importantes y que un patio de butacas ha aplaudido ante la explosión de sentimientos de unos cuerpos llenos de energía.

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