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Cultura

Lo que se esconde tras el papel

  • La sevillana Ana Vayón protagoniza una obra sobre el acoso escolar con vocación de ser representada en centros educativos para público juvenil

El papel higiénico es inofensivo. Nadie lo puede negar. Mucho menos si se atiende a la definición que hay en Wikipedia para algo tan cotidiano. Hasta allí se fue el dramaturgo José Padilla cuando investigaba sobre su última obra de teatro, donde demuestra que hasta un objeto tan cotidiano como un rollo de celulosa puede convertirse en un arma. Padilla lo descubrió mientras escribía Papel, una potente llamada de atención sobre el acoso escolar.

Verónica Pérez y Cristóbal Suárez fueron quienes llamaron al joven autor canario para su debut como productores teatrales. Los dos son las cabezas pensantes de la productora Ventrículo Veloz, que es su instrumento para acercar el teatro al público juvenil. "Son los espectadores del futuro", comenta Pérez. Y a ellos se dirige su primera obra, que se estrenó a mediados de septiembre en el Teatro Kamikaze de Madrid, pero que está concebida para ser representada en centros educativos -e incluso aulas- con unos espectadores de 12 a 18 años de edad.

"Son un público muy complicado, pero si se abren son los más permeables", asegura Suárez. Para llegar hasta ellos Padilla, que también dirige la obra, se ha empapado de un lenguaje influido por los vídeos de los youtubers y que a los adultos les costará entender. También llama la atención el elevado ritmo del texto, que cambia de un escenario a otro en un abrir y cerrar de ojos sin más atrezo que un par de sillas, varias lámparas fluorescentes y, por supuesto, rollos y rollos de papel higiénico.

De trasladar las ideas de Padilla se encargan la actriz sevillana Ana Vayón y su compañero Daniel Jumillas. Los dos consiguen que el público pueda acercarse a la realidad del acoso escolar desde sus distintos ángulos. Está el punto de vista del abusón que no es realmente consciente de lo que hace hasta que las consecuencias son demasiado graves. También el de la víctima, que no tiene herramientas para enfrentarse a sus miedos. Por supuesto, el de la madre -magistralmente encarnada por Vayón- que tampoco sabe cómo solucionar los problemas de su hijo y afronta un desenlace fatal. "Lloré desde la primera vez que leí su monólogo", apunta la joven intérprete, que destaca el mensaje que esta madre quiere enviar a los jóvenes que sufren acoso: "Hay que hablar".

También aparece el padre que no tiene otro argumento que el manido "son cosas de chavales" e incluso los medios de comunicación se llevan su parte del pastel cuando se abre el debate en una redacción ficticia sobre la obligación -o no- de divulgar los casos de acoso escolar y el tratamiento que merecen.

Pero hay un último colectivo con protagonismo en Papel y que además tuvo la posibilidad de acudir al estreno de la obra. "Esto lo arreglamos entre nosotros", dice Jumillas cuando se pone la máscara de una profesora escéptica. En el patio de butacas del Teatro Kamikaze, una docente levantó la mano después de la representación y reconoció que había escuchado antes ese discurso. "Muchos profesores saben más de lo que dicen", aseguró esta maestra, que corroboró así las tesis de Susana Hernando, fiscal de Familia y Protección de Menores, que recientemente reconoció en un curso de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) que los centros educativos no suelen denunciar los casos de bullying.

El estreno de Papel tuvo como público mayoritario a profesores, orientadores y miembros de equipos directivos, que serán los encargados de trabajar con los alumnos sobre la obra. Aunque se abrió un debate sobre la necesidad de formar previamente a los jóvenes por el fuerte impacto que puede tener la obra, donde sí hubo consenso fue en la necesidad de analizar después las conclusiones a las que lleguen los estudiantes. De hecho esa es la intención de los productores, que han preparado un dosier, asesorados por un terapeuta, para que tras la representación los docentes realicen dinámicas de grupo en clase.

Por el momento, la mayoría de personas que han visto Papel no son su público objetivo, aunque algunos adolescentes cercanos a los protagonistas y promotores de la obra ya la conocen. "La reacción es completamente distinta a la de los adultos", reconoce Vayón. Hoy será la primera representación con estudiantes en un colegio madrileño. "Tenemos muchas ganas de ver cómo reaccionan", cuenta la actriz sevillana. Será entonces cuando ese lenguaje rápido y desconocido para los mayores llegue directamente a los protagonistas últimos de la obra. Son quienes deben reconocerse en Vayón y Jumillas cuando repiten una y otra vez "sólo es papel". Nada más y nada menos que papel higiénico.

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