"Andaluz errante, enamorado de sus historias (las escritas y las que están por llegar)". Así se autodefine este escritor que empezó a escribir sin pretender serlo, nacido en Écija a finales de los setenta y que pasó su infancia entre esta "vieja localidad" y la finca de sus padres. Sancho Hidalgo, asegura él mismo, siempre deseó escribir una historia, y cuando la comenzó, descubrió que existía "un modo de evadirse de la rutina, de la vida corriente" de la mayoría de los mortales. Escribir es pues, para Sancho, "una forma de vida", y no concibe a ésta sin la escritura y se dedica "a lo que pueda" para poder seguir escribiendo. Hace, dice, una literatura para un público juvenil "pero que suele llamar más la atención a los adultos". Ha escrito tres libros con distinta temática y en su primera obra publicada, Los Cuatro Guerreros, Sancho nos lleva a la España prerromana y nos enseña cómo éramos hace muchos siglos. Se trata de una historia con base histórica, mezclada con fantasía, en la que el lector se siente parte del mágico viaje de los niños-guerreros: Dásdok, Tígonas, Alian y Manak. Se dan cita aquí personajes como la Dama de Elche (la Dama de Blanco) y el rey de lo que hoy es Sagunto. Se libran batallas entre cántabros, astures, vetones, turdetanos y demás tribus ibéricas, y de paso se da a entender la idiosincrasia peninsular, aunque siempre desde un punto de vista personal. Ahora, no quiere detenerse y sigue escribiendo y corrigiendo "hasta que cierre los ojos".