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Cultura

El idilio del cinematógrafo y la afición

  • 'El cine y los toros' traslada hoy sus sesiones de la Maestranza a la Facultad de Geografía e Historia

Fotograma de 'Mi tío Jacinto', de Ladislao Vajda.

Fotograma de 'Mi tío Jacinto', de Ladislao Vajda.

Rodeado por los carteles contemporáneos que, gracias al empuje de Juan Maestre, comenzó a atesorar la Maestranza de Sevilla en 1994 , el profesor Carlos Colón repasó ayer la historia del cine taurino en España dentro del curso con el que, hasta mañana, la Universidad de Sevilla analiza los géneros y lenguajes cinematográficos de la tauromaquia. El crítico de cine y consejero editorial de Diario de Sevilla abordó un estudio cultural a partir del concepto de "tradiciones inventadas" que codificó el historiador inglés Eric Hobsbawm para expresar cómo las sociedades modernas en proceso de cambio emplearon como elemento de estabilidad símbolos, ritos y prácticas que, presentados como centenarios, a veces habían sido inventados o recreados en épocas muy recientes. "Si en la sociedad inglesa de fines del XIX que analizó Hobsbawm el fútbol fue el elemento de cohesión social, en la España de ese período el papel lo asumieron en gran medida la Feria, el Rocío y el impulso dado a los toros".

Sin embargo, continuó, el cine en nuestro país tardó en recurrir a esas tradiciones inventadas y se demoró varias décadas en ofrecer contenidos de su propia cultura para fidelizar a un público que ya consumía cine francés, alemán, italiano, estadounidense o sueco-danés a principios del siglo XX. "El lenguaje cinematográfico se creó por la presión de una industria que necesitaba crear y fidelizar un público, no por razones expresivas ni estéticas. El western, por ejemplo, es la adaptación al cine de las historias del Oeste que hacían furor en la prensa y la literatura popular. Fue un proceso único y asombroso: como si Peggy Guggenheim pidiera a quienes dibujaban bisontes en Altamira que se dieran prisa porque tenía esperando museos y fundaciones donde exponer sus pinturas".

Además de motivos económicos, en el retraso español a la hora de filmar historias que exploraban temas de la identidad participó el rechazo de los intelectuales de la generación del 98 hacia lo popular, la religión y los toros, que relacionaban con el fracaso educativo de esa España "devota de Frascuelo y de María", según la codificó Machado en los célebres versos de El mañana efímero. "Por ello no fue extraño", continuó el historiador del arte, "que el cine taurino despegara en los días de la generación del 27, que sí mostró su admiración y aprecio por el flamenco, los toros o por esa Semana Santa que atrajo a Sevilla al mismísimo Stravinski". Es entonces cuando surgen hitos que culminan en 1936 en Morena Clara -"el mayor éxito comercial del cine español"- , "un cine popular cuyo aprecio es sólo reciente pues durante años lo moderno era ver a Buñuel, Saura o Camus pero no a Gil, Sáenz de Heredia o Vajda, el director de Mi tío Jacinto, mi película taurina española favorita", aseveró.

El curso El cine y los toros continúa hoy a las 10:00 en el Aula XXX de la Facultad de Geografía e Historia con la ponencia de Carlos Martínez Shaw El cine taurino bajo la dictadura franquista.

Fotograma de 'Mi tío Jacinto', de Ladislao Vajda, y cartel de 'Sangre y arena', cinta analizada ayer por el profesor Andrés Luque Teruel.

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