música

El jazz irrumpe en el Conservatorio

  • El Conservatorio Manuel Castillo de Sevilla introducirá el próximo curso, a partir del próximo septiembre, el Grado Superior de Jazz por primera vez en sus planes de estudio

"Por primera vez en la historia de Andalucía los músicos podrán estudiar jazz". Así es como el catedrático de Guitarra de Jazz Toño Contreras resume el resultado de su particular odisea, tras más de una década de promover la creación de un Grado Superior de Jazz en los planes de estudio del Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo. El centro sevillano recibirá en septiembre a la primera hornada de alumnos, que pasarán los próximos cuatro cursos ahondando de manera reglada en el arte que moldearon Duke Ellington, Charlie Parker, John Coltrane o Miles Davis.

Un hito para la enseñanza pública musical en el conjunto de Andalucía, defiende Contreras, convencido de que esta iniciativa contribuirá a que esta comunidad deje de "sufrir una continua fuga de talento". Además, señala, Sevilla se introducirá con este nuevo grado en el circuito de los grandes centros de formación reglada junto a Barcelona, Madrid, Pamplona, La Coruña o Valencia.

La prioridad es ofrecer también las especialidades de trompeta, trombón y estudios de canto"

El propio Contreras ha sido el encargado de confeccionar el plan de estudios de jazz que ofrecerá el Conservatorio Manuel Castillo. Este logro, además, se ha implantado casi "a coste cero", asegura el músico y profesor, puesto que el centro dispone desde hace tiempo de la mayoría de los instrumentos con los que se trabajará en las nuevas asignaturas, que serán impartidas por profesores ya en plantilla. "Muchos hemos pasado hambre para irnos a estudiar fuera -afirma rememorando sus esfuerzos para costearse los estudios en elBerklee College of Music de Boston, en Estados Unidos-. Que ahora podamos formar a chavales aquí va cambiar la escena cultural en Andalucía. Sevilla va a ser una referencia en el jazz del sur de Europa", augura emocionado.

El músico conoce bien cada uno de los pasos que se han dado para materializar por fin esta propuesta. Él mismo, no en vano, se dedicó ya en 2005 a recoger firmas -consiguió 1.300- para que el jazz entrara en los conservatorios en pie de igualdad con otras músicas. Con mucho ahínco, recuerda hoy, poco a poco fueron incorporándose al Manuel Castillo, en calidad de profesores, veteranos intérpretes de la escena jazzística hispalense y andaluza como el contrabajista Jaime Serradilla, el baterista Roque Torralva, el pianista Tony Martín y el saxofonista Leandro Perpiñán. Contreras, en el apartado de las seis cuerdas, completaba este pionero combo del conservatorio de la calle Baños, donde, desde hace tres años, se ofrecen ya varias asignaturas optativas vinculadas al jazz como Técnicas de Improvisación, Armoníao Viento de Jazz, que según comenta el guitarrista despertaron un notable interés de los alumnos que cursaban especialidades clásicas. Ya en el curso 2015-2016 más de la mitad de los músicos del Conservatorio -314 de los 500 totales- estaba matriculado en alguna de las materias citadas.

Además, continúa Contreras, se formaron ocho grupos y una banda de dixieland, el popular subgénero histórico del sur de Estados Unidos. Pero sin duda el proyecto que más ha motivado a los jóvenes fue la creación de dos big bands, compuestas por estudiantes del centro, que cada mes de junio desde 2014, en la clausura del curso académico, actúan en el patio del conservatorio dentro de los conciertos del ciclo Noches del Carmen.

El interés quedó confirmado el pasado 23 de junio, cuando se realizaron las pruebas de acceso al Conservatorio. Hasta 63 alumnos optaron a conseguir alguna de las 10 plazas disponibles por ahora para el grado de jazz, divididas a su vez en distintas especialidades: contrabajo, batería, guitarra, piano y saxo (dos plazas por cada instrumento). Según Contreras, esta demanda no es precisamente nueva. Mientras que la norma es que haya años en los que quedan plazas vacantes en otras especialidades como la barroca, pese al fértil y sólido arraigo de esta música en Sevilla. "Ahora mismo no hay plazas para todos nuestros alumnos interesados, pero esto se normalizará pronto", confía el guitarrista, que recuerda el caso de la prestigiosa escuela Musikene, en San Sebastián, desbordada en sus primeros años hasta que progresivamente fue ampliando su oferta.

En cualquier caso, el profesor se muestra cauto. Si se amplían las plazas, el Conservatorio, recuerda, necesitará más docentes con formación jazzística. Pero ésta no es la prioridad ahora, explica. "La necesidad más inmediata es introducir la trompeta, el trombón y estudios de canto, más que ampliar la plantilla, aunque esto también sería bueno a medio plazo, claro". Y con suerte, si el grado está llamado a no dejar de crecer, serán los alumnos de hoy, sueña él, los profesores del futuro.

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