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Cultura

El largo viaje del trianero Oselito

  • La reedición de 'Historietas sevillanas' y 'Oselito en Rusia' y la exposición que actualmente le dedica su localidad natal, Coria del Río, ponen en valor la figura y obra del dibujante Andrés Martínez de León

Los investigadores lo consideran, con toda razón, uno de los pioneros españoles en el ámbito del cómic, y así la atestigua la reciente reedición, 82 años después de su publicación original, del álbum Historietas sevillanas (Editorial Páez, Madrid, 1926), singularísima selección de bienhumoradas estampas en torno a la cotidianidad ciudadana de su época.

La figura y obra de Andrés Martínez de León (Coria del Río, 1895-Madrid, 1978) experimenta hoy un justo proceso de reivindicación que en las últimas semanas se ha concretado en la mencionada reedición de aquel álbum, llevada a cabo con particular esmero por la editorial Viaje a Bizancio -con apoyo de la Diputación Provincial y los ayuntamientos de Coria y Sevilla- y presentada en la reciente IX edición del Encuentro Internacional del Cómic y la Ilustración, y en la exposición que hasta el próximo 12 de diciembre le dedica su localidad natal.

"Son ocho paneles explicativos y una serie de originales, fotografías, documentos y trabajos varios -explica Antonio Bizcocho, técnico cultural del Consistorio-. Nuestra intención ha sido revisar su obra como ilustrador gráfico y dibujante y para ello hemos contado con la colaboración de varios particulares, incluidos los hijos de Martínez de León, Manuel y Andrés Martínez Alberdi".

Pero la muestra, ubicada en la sala Martínez de León de la Biblioteca Municipal, no es la única muestra de cariño que Coria del Río, que ya en su día le consagró una calle, le dedica al dibujante y pintor en el 30 aniversario de su fallecimiento. Coincidiendo con la apertura de ésta, Azotea, revista cultural del municipio, ha realizado la tercera reedición facsímil de su obra más conocida, Oselito en Rusia (Editorial Pueyo, Madrid, 1936). "La primera se hizo en 1988, a los diez años de su muerte; la segunda en 1992. A esta última se le ha añadido además una serie de 16 láminas con dibujos, algunos de ellos inéditos", explica Bizcocho.

Criado en Triana, a donde su familia se trasladó cuando apenas contaba un año y medio, Martínez de León ingresó en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla con 14 años. A finales de la primera década del pasado siglo su firma comenzó a ser visible tanto en prensa local (El Noticiero Sevillano) como en diversos medios madrileños (La Voz, El Sol) y de difusión nacional (las revistas Blanco y Negro y La Esfera). Como explica en el prólogo de la reedición de Historietas sevillanas el investigador Antonio Martín, es de algunas de estas publicaciones de donde el autor extrajo el material que conformaría el álbum, articulado en torno a 31 historietas de una página y ocho de dos, todas ellas independientes.

El éxito de aquel álbum supuso un considerable paso adelante en la trayectoria del dibujante, que en 1933 se instaló en Madrid y comenzó a desplegar una creciente actividad en diversos medios, dedicando una especial atención a uno de sus motivos favoritos: la tauromaquia.

Fruto de esa afición nacería su siguiente libro, Los amigos del toro o la parte sana de la afición, prologado por el entonces crítico taurino de Abc de Madrid, el escritor Gregorio Corrochano, aunque el auténtico aldabonazo a su carrera estaba por llegar y tenía nombre propio: Oselito en Rusia.

Según Antonio Martín, Martínez de León creó a su personaje en torno a 1920 y, aunque no figura como tal, lo entrevé en las páginas de Historietas sevillanas. "Es en este libro donde encontramos las dos primeras historietas protagonizadas por un personaje que bien podría ser Oselito", dice en su prólogo. Definido por el investigador como la "tipificación del hombre andaluz o más exactamente sevillano -y aún habría que destacar que en sus primeros años Oselito más que al sevillano representa al trianero-", el estilizado personaje -pantalón de pitillo, chaqueta ajustada y sombrero de ala ancha- se embarcaría en 1935 en un viaje que lo llevaría por Francia, Bélgica, Alemania y Polonia para, finalmente, concluir en Moscú. De aquel periplo, que Martínez de León realizó por encargo del diario La Voz coincidiendo con el XVIII aniversario de la revolución de octubre, nacería un año más tarde el relato ilustrado Oselito en Rusia, que el autor narró, como era habitual en él, con la voz de su personaje ("Vengo de Rusia. Lo largo como un escopetaso, así, de pronto, sin preparasión, sin temor a los síncope, sin piedá pa los cardíacos... ¡Vengo de Rusia! Oselito en Rusia, sí, señó", arranca la historia).

El estallido de la Guerra Civil pocos meses después no amortiguó el eco que el libro levantó y aún levantaría en los años venideros, aunque sí truncó el curso natural en la trayectoria del artista.

Simpatizante de la izquierda, Martínez de León se puso al servicio de la República convirtiendo a Oselito en un miliciano más, como atestiguan las historietas recogidas en Oselito extranjero en su tierra (Ejército de Levante, 1939). Al final de la contienda, dicha simpatía le valió ser detenido y condenado a muerte, aunque tras pasar casi tres años en prisión su pena fue conmutada por 30 años de cárcel. Afortunadamente, no los cumplió: fue indultado en 1945.

Con la ayuda de algunos buenos amigos, Martínez de León iría retomando lentamente su actividad profesional, que en aquellos años compaginó con su amor por la pintura. En 1947 comenzaron de nuevo sus colaboraciones con diversos medios -incluida la revista Don José, dirigida por Mingote- y en 1954, en cierta medida rehaciendo su libro taurino anterior, publicó Los amigos del toro. El toreo, sus males y sus remedios por Oselito (Editorial Aguilar).

El autor mantuvo vivo a su más famoso personaje hasta el fin de sus días. Luego han sido los aficionados a la historieta quienes se han encargado de resucitarlo. "Fueron tres meses de trabajo -dice Paco Cerrejón, director del Encuentro del Cómic y encargado de la versión restaurada de Historietas sevillanas-. La elaboramos a partir de dos originales, uno perteneciente a Antonio Martín, uno de los tres mayores coleccionistas españoles, y otro encontrado por José María Carrasco, editor de Viaje a Bizancio, en una librería de viejo. El mayor problema fue la tipografía de la portada, tan deteriorada en ambos ejemplares que fue imposible reconstruirla. Así que es el único elemento nuevo".

El resultado ha sido tan brillante que la Diputación ya tiene sobre la mesa la propuesta de publicar otra obra del autor en 2009. Y no será, nuevamente, el único motivo para volver a escuchar el nombre de Martínez de León: técnicos de Cultura de la institución estudian la posibilidad de dedicarle a su menos conocida faceta como escritor uno de los volúmenes de la colección Biblioteca de Autores Sevillanos. A finales de año, además, coincidirán dos exposiciones, una antológica en Coria en la que también tendrá cabida su pintura y otra en la Casa de la Provincia, comisariada por el pintor Ricardo Cadenas, dedicada a sus apuntes taurinos.

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