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La discografía de serrat, con diario de sevilla

Del lirismo del cantante treintañero a la mirada atrás sin ira del cuarentón

La colección discográfica Serrat personal, que les ofrece en exclusiva Diario de Sevilla para que dispongan y disfruten del formidable legado musical del gran cantante, prosigue esta semana con dos buenas muestras del talento de Serrat cuando tenía 30 y 40 años, respectivamente.

Pocos seguidores de Serrat saben que las tripas e inspiración del disco que en su título evoca que hace veinte años que tiene veinte años, arrancan del impacto que produjo en el cantante la muerte de su gran amigo Luis Sánchez Poveda. Fue quien le introdujo en los entresijos del marketing y de la agitación cultural y política, con tertulias y almuerzos en el restaurante Sí Senyor. La muerte cercana siempre hace ver la huella del paso del tiempo, lo que se construye y lo que se destruye. Por eso el Serrat que en los años sesenta le cantaba con entusiasmo a su mar (Mediterráneo), veinte años después lo que le canta es una elegía por la contaminación de sus aguas y la colmatación urbanística de su litoral, en la estupenda canción Plany al mar.

Además de la que da título al disco y la dedicada a Elena Francis, el popular personaje inventado en la radio de posguerra para servir de consultorio, hay que destacar la hermosa letra de Això que en diuen estar enamorat (Eso que llaman estar enamorado) y Sería fantàstic, una de las canciones en catalán más popularizadas entre los castellanoparlantes: Sería un buen detalle / y todo un gesto, por tu parte, / que coincidiéramos, te dejaras convencer / y fueras tal como yo te he imaginado.

La Canción infantil para despertar a una paloma de tres primaveras abre un disco cuya grabación se retrasó dos meses porque coincidió con el asesinato de Carrero Blanco (diciembre de 1973) y la vida cultural desafecta al régimen franquista quedó paralizada. El Romance de Curro el Palmo es el tema que mejor ha pervivido de este álbum, preñado del lirismo serratiano de sus inicios (Campesina, De parto, Decir amigo, Edurne...).

Ése es el estilo del que Antonio Gala dijo: "Oigo a Serrat, y oigo la voz de la sangre jamás amordazada, de la cultura corpórea y feraz, las voces de la naturaleza, del barrio, de la taberna, de la fiesta, de abril y del amor (eterno mientras dura y de cristal lo mismo que la vida), la voz de la ternura y la amistad más allá y más acá de la muerte. Oigo a Serrat, y oigo la última certidumbre inarrebatable: la exaltación de la exaltación".

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