josé ovejero. escritor

"Hay que ser optimista para ver bien el panorama literario español"

  • El madrileño regresa con 'La seducción', una historia sobre la venganza, "algo que no nos gusta para la sociedad pero que está en todos nosotros"

"Hay que ser optimista para ver bien el panorama literario español"

"Hay que ser optimista para ver bien el panorama literario español"

Un escritor que no escribe, una amistad con un joven que es el hijo de un antiguo amigo, un ataque brutal, una venganza. Deseos, vanidades, pasados, renuncias. José Ovejero (Madrid, 1958) publica en Galaxia Gutenberg su nueva novela, La seducción.

-¿Cómo surge esta historia?

-Como tantas historias, surge de una manera un poco anecdótica. Hace años, en Montevideo (Uruguay) alguien me contó la historia de un chico al que habían pegado una paliza por error, le habían dado un montón de golpes. Es una de esas historias que se te quedan en la cabeza y me puse a reelaborarla. Al final no tiene nada que ver con esa paliza por error pero ahí está el germen; a menudo es así, una pequeña historia, algo que ves, que vives y que lleva a otras cosas.

-Uno de los temas de la novela es la venganza, concepto muy negativo y muy humano...

-Digamos que no es la emoción que nos gustaría que rigiese la sociedad, pero está en todos nosotros. Me interesaba esa venganza pero mezclada con la seducción, cómo conseguir que otro participe en la venganza e irlo atrayendo a lo que tú deseas.

-¿En la seducción está el verdadero poder?

-En buena medida, sí, porque sin ella el poder necesita ejercitar una fuerza continua y enorme. La seducción, digamos, reduce los costes. Lo vemos hoy en la política, cómo la seducción es el arma que se utiliza para conseguir que hagamos o no hagamos las cosas.

-Está también el tema del escritor en crisis, necesitado de temas que le inspiren y le saquen del bloqueo...

-En realidad estoy hablando de algo un poco más amplio que es la decadencia, a la que todos nos enfrentamos en algún momento: la decadencia física, la de nuestra obra, vamos perdiendo interés para las siguientes generaciones... Es una sensación como de ir disminuyendo, y Ariel, el protagonista, no quiere disminuir, por eso es seducible, porque tiene ese punto débil, él quiere seguir siendo quien es al menos en la imagen que tiene de sí mismo.

-Hay un componente también de encuentro generacional entre Ariel y David, mentor y pupilo.

-Sí, después de escribir la novela pensé (no lo había hecho mientras la escribía) que casi es una metáfora sobre estas dos generaciones, la de la Transición y la que echa en cara cómo se hizo la Transición, esa gente de más edad que dice que se hizo lo mejor que se podía en aquel momento y los jóvenes que nos miran y nos dicen: si lo hicisteis tan bien, cómo es que tenemos esta basura de mundo y de sociedad, por qué estoy yo en esta situación precaria. Me gustaba esa idea de la confrontación entre dos generaciones, cada una de las cuales siente que tiene razón.

-¿Cómo vive el proceso de promoción de las obras?

-La novela acaba de salir y las reacciones que he tenido, que no son muchas, son buenas: no sé si es significativo pero está despertando interés. Lo que parece que va a funcionar bien son estas presentaciones del libro que no son presentaciones al uso; en Madrid estuve hablando con un escritor sobre la seducción y en Córdoba me acompañará un psiquiatra para hablar de los personajes desde un punto de vista clínico. Son encuentros para hablar, más que del libro directamente, de temas relacionados con él. Hacer estas cosas un poco distintas creo que atrae a la gente. Que el público te diga qué partes le interesan de un libro es siempre un descubrimiento: tú crees que lo más interesante puede ser tal cosa pero luego a los lectores les llama la atención otra. Es el descubrimiento de la recepción.

-Aquí, entre esos temas laterales está la historia de amistad entre dos escritores que se rompe por la sinceridad de uno de ellos respecto a la obra del otro...

-O por ejemplo la parte que tiene que ver con la vida literaria, con las rencillas... Para mí al principio esto era solo una manera de hacer avanzar la historia, pero me di cuenta de que esa sátira del mundo literario tiene peso para muchos lectores y les interesa.

-¿Algún proyecto literario inminente más allá de la promoción de esta obra?

-He terminado un libro de cuentos y otro de poemas, pero tengo que darles tiempo porque si no agobio a los lectores.

-¿Cómo ve el panorama literario español?

-Mal. Hay que ser muy optimista para verlo bien. Lo que nos queda por resolver es saber si esto es una crisis pasajera o esto es el mundo. Es como la crisis del capitalismo: no es una crisis, es que esto es el capitalismo a partir de ahora. Las secciones de cultura de la prensa son cada vez más pequeñas, se vende cada vez menos, lo que se lee se concentra en unos pocos títulos... Estamos en una época de crisis que no sé si va a ser permanente.

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