Crítica de Música

El poder expresivo de la buena articulación

El barítono murciano José Antonio López viene demostrando desde hace tiempo una versatilidad que le permite pasar de los grandes papeles verdianos a recitales de lied o, como ayer, a un programa barroco extremadamente exigente, pues además de la dificultad técnica inherente a esta música, pedía una notable variedad de registros expresivos, suficientes para pasar del Bach religioso al Haendel teatral.

Para acabar de ampliar la gama de caracteres musicales, la OBS abrió la noche con una suite orquestal de Philipp Heinrich Erlebach. Música de color y sabor franceses, la OBS la sirvió con sonido mate, un fraseo bien articulado, sin aspavientos en acentos ni contrastes, algo plana en la matización, pero otorgando carácter a cada aire de danza.

La de López es una voz poderosa, de emisión clara y que corre con absoluta facilidad por todo un registro de muy apreciable homogeneidad, en el que reinan unos imponentes graves. Con todo, lo más llamativo resulta ser su fraseo, su forma de decir: la articulación es prodigiosa y eso le permite matizar casi sílaba a sílaba, lo cual es un arma expresiva inigualable. En una de las cantatas más hermosas y hondas de Bach, que daba título al recital, eso se tradujo en momentos extraordinariamente emotivos, tanto en el aria de partida, con un excepcional Patrick Beaugiraud con el oboe obligado, como en un Schlummert ein que alguno habría deseado que no se acabara nunca, pues la cuerda de la OBS logró una pasta sonora ideal, puesta por entero al servicio de cada matiz del texto.

En la música italiana de Haendel la OBS sacó la chispa que le faltó al principio y López terminó de mostrar su versatilidad con una variedad de roles (villanos, amantes, dioses, filósofos) que le exigió desde puntuales agilidades, bien resueltas, hasta la más exquisita unción expresiva.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios