arte

La riqueza del bodegón español

  • Bruselas inaugura mañana una ambiciosa exposición dedicada a la pintura de naturalezas muertas en España que pone el foco en maestros como Sánchez Cotán, Velázquez, Goya o Picasso

Pocos géneros han mostrado mejor que el bodegón la riqueza y diversidad del arte español. Desde 1600 hasta nuestros días lo han cultivado con matices muy interesantes los artistas más representativos. Velázquez, por ejemplo, pintó bodegones con figuras desde el principio de su carrera en Sevilla en lienzos como Cristo en casa de Marta y María (perteneciente a la National Gallery de Londres), donde una doncella maja ajos en el almirez sobre una mesa en la que reposan pescados y huevos sobre platos de barro. En el siglo XX el género, que vivió una severa decadencia tras ser tachado de burgués y convencional, fue revitalizado por Picasso, Dalí y Miró, que colocaron las naturalezas muertas en un primer plano de sus experimentaciones vanguardistas.

'Jarra, vela y cacerola esmaltada' (1945) de Pablo Picasso 'Jarra, vela y cacerola esmaltada' (1945) de Pablo Picasso

'Jarra, vela y cacerola esmaltada' (1945) de Pablo Picasso / Centro Pompidou, París

El primer pintor español de naturalezas muertas que podemos admirar, dado que de Blas de Prado -documentado como el primer bodegonista- no se han conservado obras, es Juan Sánchez Cotán (Orgaz, Toledo, 1560 - Granada, 1627). Con su refinado Bodegón con membrillo, repollo, melón y pepino, pintado en 1602 y perteneciente a los fondos del Museo de San Diego, arranca la ambiciosa exposición que el Palacio de Bellas Artes de Bruselas (Bozar) inaugura mañana. Será la mayor concentración de obras españolas de naturaleza muerta en dos décadas, desde la antológica que acogió el Bellas Artes de Bilbao en 1999. Comisariada por Ángel Aterido, Bodegón español reúne 80 pinturas y recorre cuatro siglos para llegar al presente mediante piezas de Antonio López y Miquel Barceló.

El Bozar ocupa un espléndido edificio en Bruselas que está considerado la obra maestra del arquitecto Víctor Horta. Como hiciera con motivo de la espléndida antológica que dedicó a Zurbarán en 2014, comisariada por Ignacio Cano y Gabriele Finaldi y que pudo verse luego en Ferrara, el Bozar ha contactado con las principales pinacotecas españolas para este proyecto. Entre ellas figura el Prado, poseedor de una de las colecciones más bellas de naturalezas muertas en el mundo y que aporta 14 obras de maestros como Pedro de Camprobín, Juan de Espinosa, Juan Fernández El Labrador, Francisco de Goya y Luis Meléndez, a quien se reivindica con cinco pinturas.

También participan el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el Museo Nacional de Arte de Cataluña y el Bellas Artes de Sevilla. Este último aporta el lienzo Verano (1638) de Francisco Barrera. Pertenece a la serie de Las cuatro estaciones (1638) donde el maestro madrileño representó gran cantidad de alimentos característicos de cada época delante de un paisaje y un personaje alegórico. Numerosas son también las colecciones privadas españolas que ceden algunos de sus tesoros.

Aterido ofrece en este proyecto una visión muy completa de la evolución del bodegón español, que aunque venía practicándose desde el inicio de los tiempos adquirió a partir del siglo XVII y gracias al talento de Sánchez Cotán la condición de género pictórico autónomo. Según precisa el comisario, "las obras de naturaleza muerta españolas ocupan un lugar único en el contexto europeo. Están claramente emparentadas con el modelo flamenco y el italiano, pero los primeros especialistas desarrollaron su propio lenguaje visual. Los bodegones del siglo XVII, caracterizados por una realización sobria y depurada, se cuentan entre las realizaciones más destacadas de la historia de este género".

Bozar acogerá hasta el 27 de mayo esta muestra, que luego se verá en Turín entre el 22 de junio y el 30 de septiembre. La antológica se articula en cuatro grupos temáticos y cronológicos por siglo. Tras los primeros bodegones del XVII se puede rastrear cómo gracias a Sánchez Cotán -de quien también se incluye un lienzo de la colección Abelló- el género alcanzó muy pronto cotas de exquisitez.

'Pavo muerto' (1808-1812) de Goya 'Pavo muerto' (1808-1812) de Goya

'Pavo muerto' (1808-1812) de Goya / Museo Nacional del Prado (Madrid)

Lo más sugerente, quizá, son las interpretaciones personales que el bodegón logra en los pinceles de Velázquez, Valdés Leal, Zurbarán, Goya -con el magistral Un pavo muerto del Museo del Prado-, Sorolla o Picasso. "Al detenerse en un aspecto menos conocido de su trabajo, la exposición proyecta una mirada nueva hacia la obra de estos artistas españoles, situándolos en el contexto de la naturaleza muerta", resume Ángel Aterido.

Muchos lienzos han llegado de museos de gran relevancia internacional como la National Gallery de Londres, el Fitzwilliam de Cambridge, los Uffizi de Florencia, el MOMA de Nueva York, el Louvre y el Centro Pompidou de París (que presta Jarra, vela y cacerola esmaltada, pintado por Picasso en 1945). Son obras donde los objetos representados -como las mesas con alimentos, frutos, caza o utensilios de cocina- suelen ser símbolos o vehículos de mensajes moralizantes.

Con ocasión de la cita, el Bozar -que además de museo es un gran contenedor cultural que acoge espectáculos, recitales y cine- ha diseñado un ciclo de conciertos de música española del siglo XVII que incluye al contratenor Carlos Mena y Capilla Santa María el 7 de marzo y una velada de guitarra barroca y laúd a cargo de Eduardo Egüez el 11 de abril.

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