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Montero Glez. Escritor

"Cuando salgo a la calle , veo que Camarón está vivo"

  • Participa en el programa del 20 aniversario de la muerte del cantaor con dos libros que lo convierten en personaje literario: 'Huella jonda del héroe' y 'Pistola y cuchillo'

Al igual que el martillo golpea la fragua en una orgía de fuego, pasión y dolor, la tinta viola el papel con frases que son quejíos, duquelas y zarpazos si quien sujeta la pluma es Montero Glez. El escritor madrileño de nacimiento y andaluz por derecho quiere, debe y, de hecho, está presente en el programa de actos por el 20 aniversario de la muerte de José Monge Cruz. Camarón es uno de los personajes que se cruzan en el camino de este Huella jonda del héroe, que ha presentado estos días en la Venta de Vargas, y el protagonista de su libro Pistola y cuchillo sobre el que también ha conversado en la localidad natal del cantaor, San Fernando.

-La Venta de Vargas es un marco muy especial para presentar Huella jonda del héroe, ¿lo siente así?

-Sí claro. Pero me gustaría más que Camarón estuviera vivo y que yo presentara el libro y él cantara. Aunque pienso que Camarón vive porque los artistas mueren dos veces, una físicamente y otra para el público. Camarón ha muerto físicamente pero para su público él sigue vivo. Yo salgo y veo chavales que no lo han conocido y no han podido asistir a conciertos suyos por su edad y veo que llevan camisetas de Camarón, lo escuchan en los coches o cantan por Camarón. Y a mí me gusta eso porque me lo traen otra vez. Yo no soy de los que dice, después de Camarón nada. A mí me gusta que salgan camaroneros porque así Camarón está vivo. Cuando salgo a la calle, veo que Camarón está vivo.

-¿Lo llegó a conocer?

-Yo sólo crucé con él un buenas noches pero le seguí desde el 86 hasta que falleció. Estuve seis años siguiéndole por todos los festivales y es un maestro. Es como Francisco de Goya, Shakespeare o Hemingway, que para mí son las cuatro referencias que tengo literarias. Para mí él es literatura, no por cómo interpretaba las letras populares sino por algo más, porque pasaba las fronteras de lo que es el flamenco, pasaba las fronteras de todo, era un artista aunque no cantase. Y luego su forma de ser, de vivir, me llega bastante, porque iba a su aire y en eso yo soy como él, busco siempre esa libertad, no estar dentro de estructuras.

-¿Es complicado ser libre?

-Pues sí, lo que pasa que sólo tienen derecho a la libertad los que luchan por ella. Sé que lo que he dicho es una putada porque la libertad debería ser un derecho natural pero no es así debido a que nacemos en un mundo que no inventamos nosotros sino que ya estaba inventado. Es una pelea. Y sobre todo para el artista que tiene que librar una batalla interna con su arte y luego una lucha exterior con la industria y con los mediadores. Pero eso se está acabando gracias a internet. En mi caso, gracias a internet me pueden leer en todas partes del mundo a un golpe de ratón. Yo escribo para ser leído, y estoy contento con este invento. Me pueden leer en Latinoamérica sin necesidad de estar bajo la dictadura cultural que es la que dice si te pueden leer o no en Latinoamérica no en base a que tu obra sea buena o mala sino por otros criterios, siempre llevan a los cuatro de siempre. Todo el orden industrial, día a día y gradualmente, está cambiando. Y encima nunca en la historia se está escribiendo tanto y tan bien.

-En Huella jonda del héroe, Camarón está presente.

-Sí pero él es uno más. También están Pericón de Cádiz, Planeta, El Fillo... Los primeros flamencos de los que tenemos referencia, también está Manuel Torre... El recorrido flamenco que me ha acompañado y me acompañará siempre. Yo soy de Madrid pero me considero andaluz de adopción porque llegué hace 14 años a esta tierra y pensaba estar de paso. Fui un nómada que llegó aquí y se hizo sedentario. Y de aquí no me mueve nadie. Me han ofrecido, por ejemplo, irme al Cervantes de Nueva York, y he pasado. Prefiero estar comiéndome unas gambas en El Puerto de Santa María que un perrito en la Quinta Avenida. La libertad que tengo aquí y el rollo de aquí no lo encuentro en ningún sitio. Y me cuesta trabajo moverme de aquí y encima, como no viajo en avión, ¡imagínate!

-Hércules supongo que tampoco. Confieso que me sorprendió en este camino del duende el protagonismo del personaje mitológico.

-Pues es que él fue el culpable de esto. Hay una parte científica que no me gusta, no me interesa saber cómo se construyó el mundo. A mí me interesa que hubo un tipo por aquí, un héroe mitológico que pasó por aquí cuando iba a hacer unos trabajos y que separó las tierras creando los continentes (Europa y África) y juntando las aguas de un mar antiguo con la de un océano tenebroso (Mediterráneo y Atlántico) y eso me parece más fascinante y para mí, más creíble. Lo del Pleistoceno y los sedimentos de no se qué, me aburre, lo otro me gusta más. Así que seguí la huella del héroe mitológico que dejó muchas.

-¿Cuáles?

-Pues el Drago cuando mata al gigante Gerión, que tenía su ganado donde ahora está la Venta de Vargas. Ese Drago que surge de la sangre cuando sacrificó a Gerión y que luego quedó en la facultad de Medicina de Cádiz.

-Pero a la vez también es un viaje interior.

-Sí, utilizando el viaje de Hércules hago un viaje interior para explicarme a mí mismo e inventarme a mí mismo, fue el pretexto.

-En ese viaje interior, ¿qué papel juega el flamenco?

-Es que es la música que me ha acompañado durante ese viaje y del que está impregnado. No me ha acompañado de manera superficial sino que forma parte de mi viaje. Gracias a eso el viaje ha sido más profundo. De todos los folclores de la península el único que ha sabido mantenerse y sobrevivir es el flamenco porque es el más inteligente porque se ha sabido mestizar con otras músicas, incluso, con otros instrumentos como los que se utiliza en el rock. El flamenco es la música más sensible y más inteligente que tenemos, es el más rico de todos, sigue con los tiempos y en eso Camarón tuvo mucha importancia, él y todo el trabajo que se hizo en Sevilla con Ricardo Pachón, todo lo que fue Pata Negra, los Smash... Fue el primer underground que hubo en España incluso con la dictadura dando sus coletazos finales. El primer underground no fue en Madrid, ni en Barcelona, sino que viene del Sur.

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