Decían los antiguos, según recuerda el periodista y crítico de flamenco Alberto García Reyes, que "la verdad del cante está en la vía del tren". Se referían al "trasiego de individuos con talento, aunque situados en los márgenes de lo correcto", que usaban este medio de transporte por motivos profesionales. Fueron panaderos, gañanes, matarifes o gente del hampa (caso del barrio de Triana), todos muy distintos a los artistas de ahora, "con sus Mercedes", que propagaron las diversas formas del cante a lo largo de toda la línea ferroviaria entre Sevilla y Cádiz. El tren del flamenco, un montaje producido por Cajasol e ideado por García Reyes y que podrá verse el próximo martes a las 20:30 en el Teatro Central, está dedicado a esa línea fundamental para el origen y el auge de esta disciplina, opinión refrendada por numerosos expertos en la materia.

Los cantaores Segundo Falcón, Nano de Jerez, Manuel Orta, Inma Rivero y Antonio Reyes repasarán los principales palos que surgieron de la relación entre Sevilla y Cádiz, con paradas en Triana, Alcalá, Utrera, Lebrija, Jerez, Cádiz y Los Puertos gaditanos, localidades en las que el flamenco se difundió por "efecto dominó". A la guitarra estará Salvador Gutiérrez Romerito, al baile Luna y Fali, en la percusión Antonio Coronel y a las palmas Bobote y Eléctrico. "Todos están encantados, porque vienen a defender los cantes de su tierra", dice García Reyes, que aclara que "no importa el sentido en que avanza el tren, de Sevilla a Cádiz o viceversa, sino la línea en sí"; a pesar de que él piensa, en contra de la historiografía clásica del flamenco, que éste no nació en Triana, sino en Cádiz.

Durante el espectáculo, que tiene vocación "didáctica" y que aspira a reflejar "con sentido del humor" y sin espíritu categórico la evolución del flamenco, se proyectarán imágenes tomadas en esa línea ferroviaria a principios del siglo XX y que se conservan en la Filmoteca de Andalucía. La voz del propio crítico ilustrará brevemente cada número.