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Amor, fuego, Falla y Fura

  • Pese al enfado inicial por el retraso en el comienzo, la Fura presentó una renovada versión de 'El Amor Brujo', con Marina Heredia como gran protagonista

Al principio todo fue negativo. A las 22:45 horas la gente todavía buscaba su asiento con desesperación. Ayer no existía la exquisitez que se presupone al Festival de Granada. La sensación era como debió ser la de los romanos cuando iban al circo. La organización estaba desbordada. Un gran espectáculo de masas. Poco a poco la cosa se fue calmando. Muy poco a poco. Sonó la música de llamada diciendo que faltaban tres minutos para que empezara la actuación cuando eran las 22:46. Sonora pitada del público. 7.200 personas son muchas. Quizás para un concierto de rock, pero no para escuchar a Manuel de Falla. Las alumnas del conservatorio de danza de Granada, vestidas de blanco comenzaron a situarse en el escenario. A las 22:52 volvió a sonar un aviso diciendo que faltaban cinco minutos pero el público volvió a responder con otra pitada. Empezaron a situarse los músicos de la Joven Orquesta de Andalucía. A las 22:55 se apagaron las luces. Muchos nervios en el ambiente. El amor, el fuego y la palabra estaba a punto de comenzar.

Primero sonó En el Generalife uno de los movimientos de Noche en los jardines de España. Silencio total del público. Nadie puede resistirse al embrujo de Falla. Se proyectaban al mismo tiempo imágenes de Granada del cineasta Val del Omar, un gran visionario y un genio. Su obra Aguaespejo granadino se daba la mano con Falla.

Mientras sonaban los acordes de piano de las Noches aparecieron en escena Carmelo y Candelas. Luego empezó El sombrero de tres picos con la voz de Marina Heredia. Fue en La Vida Breve cuando el espectáculo tomó algo de fuerza. Haya lo que haya en el escenario la música de Falla es tan increíble que casi basta cerrar los ojos y sentirla. Sonó la guitarra de José Quevedo El Bola, llena de hondura y sentimiento mientras cantaba Marina Heredia. Fue la introducción al amor no correspondido de Candelas. Ahora sí, bailarinas entre surtidores de agua acompañaban las penas de Candelas porque no sabe dónde esta su amor y tampoco si la sigue amando. La devoran los celos cuando empieza la Danza del Fuego. Está claro que La Fura ha hecho un espectáculo libre de cualquier influencia. Original y con fuerza. El problema es que había lugares de la Plaza de Toros donde no se escuchaba nada y se veía muy mal. A veces la escena recordaba a una Noche de San Juan con agua y hogueras como metáfora del renacer. Marina cantó muy bien todos los fragmentos de la obra, sientiéndolos y con sensibilidad. Pero el ruido de la calle entraba también en la Plaza de Toros. Lo bueno fue que mucha gente que en su vida había escuchado a Falla ha descubierto gracias a este concierto su magnitud, su grandeza y universalidad. Quizás a partir de esta noche Falla suene en muchos más hogares y amenice viajes en coche y tantas situaciones. Quizás alguien incluso memorice el famoso estribillo: "Lo mismo que el fuego fatuo, lo mismito es er queré. Le huyes y te persigue, le llamas y echa a correr".

Fuego fatuo que al estilo de La Fura elevó a Marina por los aires en la espectacular grúa con la que contaban. "Quiero que el hombre que me quería me vuelva a buscar", sonó dramático entre conjuros desesperados. Con ese tono ronco tan propio de las causas que se saben perdidas. Un original broche al Festival de este año que en Carlos V o Generalife probablemente ganaría más. Aunque se representara varios días para que pudiera ir más gente a verla

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