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Ecología para llevar

  • El abuso de las bolsas de plástico hace necesario buscar alternativas que respeten el medio ambiente

Un consumidor cualquiera entra en una tienda y compra un libro, por ejemplo. Le dan una bolsa. Luego entra en la farmacia a por una caja de aspirinas, que le entregan, por supuesto, en una pequeña bolsita. Y después se pasa por un todo a cien y se lleva un par de cosas. Otra bolsa. Probablemente todo habría cabido en una sola o, si el consumidor en cuestión lleva bolso o mochila, no habría hecho falta ni eso. Pero ésta es una reflexión que pocos se hacen a juzgar por la cantidad de bolsas de plástico que vemos ir de mano en mano todos los días.

Concretamente, cada persona gasta anualmente 238 bolsas comerciales de plástico, según los cálculos de la asociación ecologista Greenpeace. Si multiplicamos este número por los habitantes de toda la provincia de Granada, estamos hablando de 210 millones de bolsas de plástico, lo que supone residuos, gastos energéticos y contaminación, primero en su producción y después cuando se desechan. Todo esto es más grave de lo que parece, sobre todo porque la gran mayoría acaban en la basura (nueve de cada diez).

Pese a que las bolsas de plástico formen parte del día a día, cada vez se está comprendiendo mejor el impacto que este hábito tiene en el medio ambiente. Y desde hace un tiempo la guerra contra las bolsas de plástico se juega en varios frentes, desde los gobiernos hasta los consumidores. Así, China y Australia tienen previsto prohibir este año que se den gratuitamente en los comercios y en España también se están barajando medidas para reducir su consumo y para fomentar la utilización de otros materiales menos contaminantes. Pero también algunos comerciantes toman cartas en el asunto y cada consumidor puede aportar su grano de arena a esta lucha.

"Sí se usan demasiadas bolsas, la verdad", reconoce un consumidor, Miguel Aguilar, a la vuelta de la compra, que apunta como posible solución "que la gente se acostumbre a llevar bolsas de la casa".

Cobrar por las bolsas de plástico, como hacen los supermercados Día (3 céntimos), en principio, no es una medida que acepten bien todos los consumidores. "Me parece fatal", se queja María Dolores Enciso a la salida del establecimiento. "Yo pienso que es totalmente comercial, no que lo hacen para proteger el medio ambiente. Además, creo que la gente coge las que necesita", añade. También se muestra bastante escéptica otra compradora, Aroha Brioso: "Yo creo que esa no es la medida y que no es para reducir la contaminación. Eso es un problema que viene de arriba, de la economía global y encima, a pequeña escala, la gente tampoco hace nada".

Otros comercios optan por dar a sus clientes la posibilidad de adquirir allí "bolsas ecológicas" (por unos 15 céntimos), hechas con materiales biodegradables y pensadas para durar más. "Las bolsas están hechas de fécula de patata y de plástico biodegradable y si al usuario se le rompen, se la cambiamos", explica una cajera de Alcampo, Natalia Heredia, que valora muy positivamente la idea: "Ojalá fueran todas así. No se desperdiciaría tanto ni se contaminaría tanto". "Eso sí, tienes que acordarte siempre de traerlas, porque si no, es lo mismo que las otras", apunta una de las usuarias, Nuria Melgarejo, mientras carga el carrito con las bolsas.

En la tienda de comercio justo Quinua, también han decidido hacerle frente al derroche. "Desde el comienzo no queríamos usarlas, pero como la gente las pide, traemos las que tenemos acumuladas en casa y le pedimos a los clientes que traigan también ellos las que tengan de sobra", cuenta una de las propietarias, Laura Paredes. "Estamos pensando en dar otro tipo de bolsas, de algodón, por ejemplo, que se pueden guardar y ocupan lo mismo que una billetera", propone. A veces se trata de preguntarle al menos al cliente si la necesita o no, sobre todo si ven que ya lleva otras, o, desde el otro lado del mostrador, de rechazarlas cuando en realidad no se necesitan. Todo el mundo puede hacer algo por cambiar las cosas y el medio ambiente, desde luego, lo agradece.

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