Un desafío a la mismísima magia. O en todo caso, un reto a través de ella. Algo así hacen Los Magiaderos, un grupo que se alimenta no sólo de trucos sino de otras artes como las circenses, uniendo en un mismo espectáculo globos, cartas o sombras chinescas. En total, ocho personas que invitan continuamente a otros magos formando un grupo casi imposible de contar. Uno de sus integrantes, Pepelu, habló ayer de la obra que hoy estrenan en el Teatro del Colegio Salesiano San Juan Bosco para la asociación Asprodes, Miscelánea Mágica, que se convierte en un espectáculo de magia en vivo adaptado a las personas sordas.

"Cuando nacimos hace unos cuatro años nos propusimos una filosofía diferente de la magia, de lo que se venía haciendo en España hasta ese momento", cuenta Pepelu. "Y nos dimos cuenta de que hacía falta algo más, mayor variedad. Surgió la idea de intentar mezclar la magia con otras artes como el malabarismo o la pantomima", añade.

Desde entonces, la compañía no ha parado de crecer: "Más que un grupo parecemos una ONG, no es un grupo cerrado sino que colaboran otras muchas personas". En este espectáculo actúan Pepelu, Gea y Pablo Clabó, tal y como lo hicieron hace tres años con la obra Un, dos, tres, magia, que creasen también para Asprodes.

En Miscelánea, el propósito es "sensibilizar un poco a la gente", a pesar de que Los Magiaderos son muy conscientes de que la propuesta inicial era un desafío, precisamente porque "la magia es muy musical y muy expresiva". Sin embargo, el espectáculo no pierde intensidad. "Se puede hacer magia con lenguaje de signos... Intentamos, aunque es difícil, hacer algo de pantomima. Además de las sombras chinescas que proyectan figuras con las manos, también hay juegos clásicos con botes de agua que no para de salir, apariciones de bastones, cartas que atraviesan globos, trozos de papel que se convierten en huevos de verdad, globos que terminan siendo bolas de billar...". Pura magia.