Cultura

María del Mar Bonet recuerda su "mar mestizo" desde Málaga

  • La cantante mallorquina acudió ayer al ciclo 'Martes Música' con el pianista Manel Camp y un repertorio de temas populares y jazzísticos ligados al Mediterráneo

Acostumbrada a arrullar su voz junto a una banda de músicos, María del Mar Bonet (Palma de Mallorca, 1947) siente que la simple cercanía de un piano es "un lujo exquisito". Por eso se arrima cada vez que puede a la maestría de Manel Camp, con el que lleva años compartiendo escenario, amistad y horizonte musical. "Llevamos caminos distintos pero con la misma finalidad, que la música llegue a todos lados", explicó ayer el pianista y compositor durante la presentación del recital conjunto que ofrecieron anoche en el Centro Cultural Provincial de Málaga.

Bajo el título Ben a prop ambos artistas dieron rienda suelta a una serie de directos que llegaron a editar en un CD homónimo en 1989 y que armoniza canciones de ambos, estándares americanos y versiones especiales de autores como Gershwin, Serrat, Guardans, Joan Bibiloni y Toti Soler. Parte de ese "ensamblaje musical" se pudo escuchar anoche en Málaga, provincia que la mallorquina visitó por última vez en agosto de 2006 en el Festival Tres Culturas de Frigiliana con el disco Amic, amat (Amigo, amado) grabado con la Cham Ensemble de Damasco sobre poemas de su admirado Ramon Llul.

"Para mí el Mediterráneo ha sido siempre un mar mestizo", sentenció Bonet para referirse a su querencia por las melodías griegas, norteafricanas, orientales y de duende flamenco (con Miguel Poveda dio vida en 2006 a un espectáculo) siempre con el kilómetro cero radicado en su ciudad natal. "Yo encuentro Mallorca en Grecia. Italia, África... Por eso me gusta colaborar con músicos de Egipto, Túnez o Siria. Y nunca nos sentimos extranjeros cuando tocamos juntos", puntualizó Bonet.

Después de 40 años dedicados a la canción, reconoce que "ya hay mucho camino hecho", que sigue aprendiendo y "pensando que éste es mi dominio artístico", sostuvo. Enemiga de las etiquetas, Bonet comenzó su andadura musical con la formación Els Setze Jutges, con los se erigió en una de las máximas exponentes de la nova cançó. Nunca se llegó a identificar con la canción protesta porque a ella le bastaba con ser testigo de su tiempo. "Hacemos las canciones que tienen que ver con el momento que vivimos", sostuvo.

En solitario, la cantante, (Premio Nacional de Música en 1992) abrió su abanico de inspiración a los sonidos del mundo a pesar de sentir que nadaba a contracorriente. "Recuerdo que mi primer elepé tenía mucho de músicas orientales y mucha gente me criticaba porque decía que jugaba a moros y cristianos", afirmó.

Su discografía se nutre de más de 30 títulos que la elevan a la categoría de dama de un estilo propio. "Formo parte de una inmensa minoría mayoritariamente conocida en el mundo", sentenció.

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