Cultura

Música o pretexto, Sabicas redivivo

No quedó clara la idea. Habitualmente, cuando se acumulan muchas, es porque falta una en la que se tenga fe suficiente. El concierto del lunes fue un pastiche. Es decir, una "silva de varia lección". El pastiche está suficientemente acreditado por la historia de todas las artes. Sin embargo, faltó un hilo conductor que hiciera que los diferentes elementos estuvieran al servicio de algo mayor. El homenaje a Sabicas consistió en la interpretación de la música del maestro que llevaron a cabo Ochando y Conde, los dos únicos (habría que sumar el nombre de Riqueni) guitarristas que llevan hoy en su repertorio las falsetas y rasgueos del maestro de Pamplona. En este sentido, sirva dicha parte del espectáculo para reivindicar la figura del intérprete de guitarra flamenca, hoy día que la necesidad de ser también compositor ha echado por tierrra grandes carreras.

Ochando, con una larga trayectoria, ha tenido la valentía de apostar por tocar la música de otros adaptándola a sus maneras. Y con esto consigue ser uno de los más personales intérpretes de hoy. Su actuación fue lo más interesante de la noche, esa forma pastueña de tocar, distanciada, de emoción contenida pero obvia para el que sabe escuchar. Conde es un músico virtuoso en extremo, casi sobrenatural. En este sentido es un genuino intérprete de la música de Sabicas, en tanto que Ochando la supo trasladar, con criterio, a su estética particular. La interpretación de El sitio de Zaragoza en el arreglo con el que Sabicas solía cerrar sus recitales, nos trasladó a otro tiempo, a otra forma de entender la guitarra.

La guitarra de concierto de hoy es otra. La de Gerardo Núñez por ejemplo. La segunda parte del concierto nos ofreció la música de este intérprete, olvidándose del título del espectáculo, del homenajeado de la noche. Tan sólo con Carmen Cortés, en alguna figura, recordamos la mítica pareja Sabicas-Carmen Amaya.

Con todo, la música de Gerardo, un repertorio que sigue intacto desde hace varios años, es tan espectácular de recursos como íntima a la hora de retratar el alma del intérprete. Brillante en todas sus intervenciones, sobre todo en los tres temas que hizo como concertista puro. Aunque el pretexto de la noche era otro.

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