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Los Reyes Magos eran del Zaidín

  • En el Zaidín nacieron los Reyes Magos de la mano del escultor granadino Aurelio López Azaustre. El rey negro era un estudiante guineano. Hoy es el monumento más representativo de Ibi, en Alicante.

EL próximo mes de mayo se cumplirá el 20 aniversario de la muerte de este poco conocido escultor granadino. Nació en 1925, era alto, flaco, de nariz aguileña, y atisbaba siempre una melancólica sonrisa; se le veía pasear por Granada con su amigo Pepe Castro, orgullosos siempre de su profundo 'granadinismo'. El escultor López Azaustre fue catedrático de Talla en Madera en la Escuela de Artes Aplicadas de Valencia. Obtuvo el título de 'Maestro Imaginero' en la Escuela Superior de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría, en Sevilla, y acabó de catedrático en nuestra Escuela de Arte de la calle Gracia. No estamos seguros de que se le haya hecho demasiado reconocimiento. Tal vez por su temperamento de hombre modesto, reflexivo, senequista; nunca subido al carro del poder; nunca flexionaba la columna; poco amante de las plantas trepadoras; aborrecía ser almorrana. Pero veo que no cunde su ejemplo.

Y, sin embargo, ha sido considerado como un escultor plural en su estilo y en el tratamiento de sus materiales: trabajaba con igual habilidad la madera, el barro, la piedra o el marfil. Considerado como uno de los más fieles seguidores de la tradicional imaginería barroca andaluza, ahí está su larga producción para los pasos de Semana Santa. Pero en otra buena parte de su obra se siente admirador del expresionista británico Henry Moore.

Su gran reconocimiento nacional llegó en el año 1974, cuando ganó el primer premio para la realización de un precioso proyecto para el pueblo alicantino de Ibi, cuna de la industria juguetera. El magnífico conjunto en mármol blanco, con 5.800 kilogramos de peso, fue realizado en el taller que el artista tenía en el populoso barrio del Zaidín, muy cerca de la calle Santa Clara; por él pagó el Ayuntamiento ibense la cantidad de 6 millones de pesetas de aquellas que valían algo y, desde entonces, se ha convertido en un símbolo más de la industriosa ciudad alicantina. Fue inaugurado en enero de 1975 y representa a los tres Reyes Magos repartiendo juguetes a los niños, coronado todo el grupo por una esbelta estrella de Oriente. Curiosamente, para el rey negrito se inspiró el autor en el estudiante guineano Fortunato Okembe, que cursaba por entonces en nuestra Facultad de Medicina. El conjunto, muy deteriorado tras más de treinta años junto a una fuente, ha sido restaurado y luce de nuevo este año en una céntrica plaza de Ibi.

Se trata del único monumento a los Reyes Magos que hay en Europa y, junto a otro que se conserva en la pequeña ciudad portorriqueña de Juana Díaz, obra del escultor Naldo de la Loma, los dos únicos del mundo que yo sepa. Precisamente Granada tiene honda tradición relacionada con los Reyes Magos: recuérdese que fue aquí, y a instancias del Centro Artístico, donde se gestó la costumbre de la popular cabalgata paseada por vez primera en España y tal vez en el mundo.

La obra religiosa más conocida de nuestro paisano es la referida a los famosos pasos de Semana Santa: La Dolorosa de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, o la popular 'Concha', La Concepción. Sin olvidar otras diseminadas por toda Andalucía, como el precioso paso de la Oración del Huerto, de Jódar, en Jaén. Muy conocidos son su San Juan de Dios de la Casa de los Pisas, el Sagrado Corazón, de Alhendín, o su retrato de Fray Leopoldo.

Escultores granadinos de la talla de Sánchez Mesa, López Azaustre, Prados López, Martínez Olalla, Moreno Romera, López Burgos, entre otros, no debieran ser olvidados tan fácilmente.

Llena de orgullo saber que el largometraje de Animagic Studio dirigido por Antonio Navarro, con guión escrito por JJ. Ibáñez, J.I. Peña y J. Aguirreamallosa, que ha contado con un presupuesto de 7,2 millones de euros, toma precisamente del monumento del granadino López Azaustre los personajes de los dibujos animados, poniéndoles voces artistas tan conocidos como Imanol Arias, José Sancho, etcétera.

Por lo menos nos queda el consuelo de que el Ayuntamiento dedicó al escultor una modestísima calle en el barrio del Zaidín, por cierto con el rótulo rajado, y que el señor Cano Castilla realizó sobre él su tesis doctoral en 2003. Pero sería bueno que alguna vez Granada empezara a reconocer a los buenos granadinos, aunque sean modestos y salgan poco en las fotos oficiales.

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