Con el objetivo de ampliar la gama de manifestaciones escénicas en su programa, el Festival de Teatro de Málaga acoge hoy en el CAC a las 19.00 (con entrada libre hasta completar el aforo) la instalación de la bailarina madrileña La Ribot Laughing hole, que ella misma tradujo ayer en su presentación como Agujero de la risa o Agujero que ríe. Se trata de una instalación "a modo de performance art" que se desarrolla durante cinco horas y en la que tres actrices-bailarinas (La Ribot, Delphine Rosay y Marie-Carolina Hominal) van llenando el espacio con enormes mensajes escritos en paneles de cartón mientras el sonido de una risa constante, producido por el trío y convenientemente mezclado en directo, inunda el ambiente sin conceder tregua. María Ribot La Ribot, que actúa por primera vez en Málaga, explicó que el montaje Laughing hole, inaugurado en la Feria de Basilea en 2006, "parte de la idea de trabajar en el tiempo, o de resistirlo, porque el desgaste físico al que nos sometemos es importante: todo es movimiento y acción".

Esta acción se basa en un sentido permanente de la risa "tratada como algo violento, algo que incomoda". De hecho, la respuesta que a La Ribot le gustaría provocar en el espectador, que puede moverse libremente por el espacio habilitado en el CAC durante las cinco horas de representación, "es la de un sentimiento de violencia e incomodidad, porque creo que no hay nada más perverso en este sentido que la risa que no viene a cuento". A ello se añaden los textos de la instalación, impresos en los paneles, cuyos argumentos y lemas "no son nada agradables".

Para La Ribot, Laughing hole (cuyo género no se atrevió o no quiso precisar) "es ante todo una experiencia contemporánea; tiene conexiones con el arte minimalista, pero es algo mucho más salvaje, muy sucio. Pertenece a un territorio que no entiende de definiciones ni de clasificaciones. Más bien es una impregnación de lenguajes". Todo fluye, que dijo Heráclito.