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Roberto Brodsky ficciona una historia del exilio chileno

  • 'Bosque quemado' narra en tono biográfico el cambio político del país natal del autor

El escritor y periodista chileno Roberto Brodsky relata en su última novela, Bosque quemado, una particular historia del exilio chileno a partir de la intensa y fiel relación entre un padre y un hijo, marcada a fuego por los acontecimientos de la historia.

Brodsky, autor de tres novelas, varias antologías de cuentos y guionista de dos películas, desvela los entresijos de Bosque quemado, galardonada con el XXIII Premio Jaén de Novela, al tiempo que analiza el cambio político de su país natal, ahora que lo vive en la distancia que le proporciona su reciente mudanza a Washington.

La novela explica la historia de un reputado cardiólogo comunista de origen judío que se ve obligado a dejar su país para empezar una nueva vida de exilio tras el golpe militar de Chile en 1973. La narración de la trama recae en la figura de uno de sus hijos, que acompaña al padre en su trayecto y es testigo de su declive, agravado por un alzhéimer que acaba con todos sus recuerdos.

Brodsky admite que la novela está inspirada en el exilio de su padre que, del mismo modo que el narrador del libro, le llevó a convertirse en un trotamundos, aunque apunta que "no es una memoria novelada", por lo que trató de "eliminar muchos recuerdos autobiográficos" e incorporó "un filtro muy severo" para que no se le colaran elementos externos a la ficción.

A través de un cuidado lenguaje literario y una prosa estilística, Brodsky relata la compleja relación entre el cardiólogo y su hijo, "dos personajes que se están mirando, protegiendo y enjuiciando constantemente" y entre los que existe una complicidad "muy compleja, densa y silenciosa" en la que ambos tratan de encontrar dónde han quedado situados tras "el terremoto político".

El escritor chileno sostiene que la trama describe fielmente el "exilio latinoamericano", con la salvedad de que se centra en una "generación derrotada", la del cardiólogo; una generación que no vivió un periodo de "recuperación ideológica" tras la dictadura y que no pudo "reciclarse".

Sobre el título, Brodsky asegura que Bosque quemado es una metáfora del proceso del alzhéimer, que poco a poco borra todos los recuerdos de Moisés. Al ser interrogado sobre una hipotética adaptación cinematográfica de su última novela, Brodsky no niega la posibilidad, aunque declara que, dada su proximidad con la narración, el guión "tendría que escribirlo otro": "Un guión no es el final de un libro, sino el comienzo de una película".

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