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"Un edificio puede dar la clave de la experiencia de un hombre"

  • El arquitecto navarro visitó este miércoles la sede de la Fundación Rodríguez Acosta, de cuyo proyecto de restauración es director, para analizar sus valores y su conservación

Rafael Moneo vuelve a recorrer los jardines y habitaciones del Carmen Blanco, ese edificio que un día le impresionó tan profundamente que no sólo lo visita periódicamente, sino que también lo ha descrito en un libro y se ha responsabilizado de su conservación. El prestigioso arquitecto participó el miércoles en un seminario sobre restauración de la arquitectura del Movimiento Moderno.

-¿Qué aportó de modernidad el Carmen Blanco en el momento de su creación?

-Es difícil de decir porque es un edificio que se ha valorado más con el paso del tiempo.

-Y cuáles son esos valores en los que ahora se considera que encierran la singularidad del carmen.

-Con el paso de los años se ha valorado su intensidad. Lo más singular es que su arquitectura deja ver la presencia de un hombre de una sensibilidad exquisita. Y, además, demuestra que un edificio así puede existir teniendo a sus espaldas la Alhambra.

-Es un edificio personalista...

-El Carmen Blanco, más que una obra programática, es un reflejo directo de una personalidad, pero una personalidad que ha sabido impregnarse de toda la cultura de la época para plasmarla en la arquitectura. No sólo era su casa, él era consciente de que dejaba un testimonio de lo que era su estética.

-¿Sigue siendo un proyecto moderno en el presente?

-Por ese rasgo tan personal nace ajeno a las vanguardias de la época. Es una obra que refleja la nostalgia de un clasicismo que se perdía, la melancolía de un Mediterráneo clásico y del mundo islámico. Esa nostalgia de la historia pesa más que la preocupación por las vanguardias, lo que también es un rasgo de la pintura de José María Rodríguez Acosta. Pero no fue nunca un edificio preocupado de la modernidad.

-¿Por qué sigue teniendo interés para un arquitecto actual?

-Porque enseña que la arquitectura puede transmitir experiencias biográficas, que los edificios dan la clave de las vivencias del individuo.

-Con un siglo de vida es objeto de un intenso proyecto de conservación y restauración. ¿Hay algún fallo constructivo?

-No es que el carmen esté en peligro, de hecho ha recorrido la primera etapa de su carrera con dignidad y presenta mucho mejor estado físico que otras obras contemporáneas suyas. Lo que ocurre es que hay cosas que envejecen antes, como el jardín.

-¿Es correcto el mantenimiento que se ha estado haciendo hasta ahora de l edificio?

-Sí, se han hecho muchas intervenciones que han ayudado a la conservación y han logrado un óptimo grado de mantenimiento. Eso es lo que permite que no tengamos que recuperar el espíritu de José María Rodríguez Acosta, que ha logrado pervivir todo este tiempo.

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