Cultura

"Me gusta que digan: '¡Mira, el morito que canta!"

Hace diecisiete años llegó a España con una maleta llena de coplas. Hakim, marroquí de origen, venía prendado por la belleza de nuestra tierra y la alegría de una gente con la que se siente muy identificado. No obstante, él se considera "ciudadano del mundo" y como tal ofrece una música rica en diferentes influencias. La séptima luna es el título de un nuevo disco donde se pone al frente de su trabajo como compositor y productor del mismo. Es la nueva etapa de un artista completo que prepara gira e interesantes futuros proyectos.

-¿Es este álbum continuista respecto a su discografía anterior o da también un salto cualitativo en este sentido?

-Mantengo el mismo estilo aunque, en determinados casos, sin saber qué puede pasar. Hay canciones moviditas en la línea de Cuatro puñales o La muchacha turca. Constituyen un montón de melodías que tenía en la cabeza y que he ido plasmando aquí durante un año. Lo siguiente es un repaso a la primera década de mi carrera a través de un homenaje a la copla. Quisiera que saliera antes de finalizar este 2008 y contaré para él con el maestro Rabay.

-¿Por qué reside en Andalucía? ¿Qué tiene nuestra tierra para optar por ella como lugar de residencia frente a las supuestas ventajas de Madrid?

-Me encanta y me siento a gusto. Es mucho tiempo ya y le he cogido cariño. Tengo una casa en Sanlúcar de Barrameda y otra en la capital, para cuando viajo allá. Es una delicia vivir en un lugar donde se puede pasear.

-Muchos son los que, como usted, abandonan Marruecos para quedarse en nuestro país donde, a veces, son víctimas de racismo. ¿Le ha pasado alguna vez?

-No, nunca. Mi historia es diferente. Me he entregado mucho y le he cantado siempre al amor y a la paz. Es mi función y lo que reflejo en mis temas.

-¿Se conoce a Hakim a través de sus melodías?

-Sí. Transmiten vitalidad, optimismo, positividad. La música es el mensaje más universal que existe y, aunque pasen cosas que no son tan buenas, hay que seguir adelante.

-¿Es consciente de que muchos aún desconocen que también es autor?

-Claro. Saben de mí por las versiones de otros, pero hay que aportar cosas nuevas. La evolución es necesaria.

-¿De qué se siente más orgulloso en relación a su nuevo trabajo?

-De todo. Lo he grabado por vez primera en mi estudio y con mi sello y, tal y como está el panorama, es un orgullo. Me gusta cómo lo he interpretado, cómo ha quedado el resultado. Creo que el público lo va a valorar porque es interesante que el artista sea osado para pisar otros terrenos.

-¿De qué forma ha conseguido proseguir en esta profesión sin haber cedido a determinadas concesiones acerca de su privacidad?

-Lo mío es mantener mi vida al margen y centrarme en mi profesión. Me gusta que digan: "Mira, es el morito que canta". No quiero vender otro asunto que no sea mi arte. Me lo han propuesto muchas veces, pero pienso que debe prevalecer el trabajo. Si no, se mezcla todo.

-Éxitos como La muchacha turca, que acaba de mencionar, ¿son más una losa para avanzar en una trayectoria?

-No. Es algo positivo. La gente me lo pide en los conciertos. Nunca se sabe. Tal vez Mi morena llegue a convertirse en algo similar.

-¿Hay vida más allá de los escenarios?

-Por supuesto. La música siempre me acompaña pero yo tengo una realidad aparte. Me gusta ir al cine, escuchar a otros compañeros y, en los últimos tiempos, estoy recuperando el piano.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios