Cultura

"El tiempo nos convierte en una sucesión de personas que, a veces, no reconocemos"

  • El autor y traductor gaditano publica su antología poética bajo el título de 'Casa en construcción', una obra editada por el sello Renacimiento que reúne una buena muestra de los poemas desde 1984

Las puertas están colocadas. Abiertas. Faltan tres picaportes. Las paredes a medio pintar. El color es bonito. Queda por tirar un tabique. Pero todas las molduras están en su sitio. La obra está muy adelantada. Todo lo que se ha hecho, bien hecho está. Pero queda tanto por hacer... La casa de José Manuel Benítez Ariza está en construcción. El autor gaditano publica su antología poética advirtiendo en el título el carácter abierto y en continua renovación de su obra.

"Me preocupaba y disgustaba la idea de que una antología poética equivale a cerrar una etapa o llegar a otra escalafón poético. Yo prefiero dejar la casa sin terminar y utilizar esta obra para ver todo lo que he estado haciendo y todo lo que queda por construir", cuenta el escritor que en Casa en construcción reúne buena parte de su producción poética entre los años 1984-2007.

El literato arma un itinerario poético a través de casi un cuarto de siglo de tinta y papel más una veintena de textos inéditos. Benítez Ariza revisa títulos, reescribe, introduce y cambia el orden de sus obras para "hacer algo nuevo" y de "carácter íntimo" con la creación de nuevos núcleos temáticos. "Para mí era necesario hacer algo así porque no me veo reflejado en el goteo de uno o dos libros sino en el conjunto de la obra. Y al final te acabas dando cuenta de que los nuevos poemas son un apóstrofe, una matización, que se incorpora al conjunto", reconoce.

Benítez Ariza señala bien cada estación, cada parada de su itinerario. Es difícil perderse en la estructurada Casa en construcción que comienza con un extenso poema en tercetos, Bitácora, que significa "toda una declaración de principios literarios y sentimentales" sobre los que se asienta la antología. Por lo demás, los titulillos "hablan por sí solos", avisa el escritor. Los tres apartados de Geografías recogen los poemas "con un gran componente paisajístico y sentimental de lo percibido en mi vida y viajes", para después pasar a Biografía, "una serie de piezas en orden cronológico donde cuento mi vida desde la infancia y que supone un relato biográfico muy explícito", dice Benítez Ariza, que bajo el rótulo de Las amigas crea todo "un cancionero amoroso" que se pasea entre "la pasión del juego erótico juvenil" hasta "el estado de serenidad" que regala la madurez.

"El análisis distanciado" con el que el autor es capaz "de objetivar los estados de ánimo" es el denominador común de los poemas de Al margen, otro de los apartados de una antología que cuenta con el prólogo del escritor Felipe Benítez Reyes que comparte con Benítez Ariza "una buena amistad y muchas complicidades literarias", asegura.

La voz de Benítez Ariza se convierte así en el eco espiral del presente continuo. "Pero un presente donde pesa mucho el pasado, la meditación, un presente condicionado por experiencias previas y por la preocupación de entender el pasado", revela el autor que se sumerge en un viaje a través de los años para descubrir que "el tiempo nos convierte en una sucesión de personas que, a veces, no reconocemos".

El escritor se enfrenta al escritor que fue hace veintitantos años y cae en la cuenta de que "algunas cosas" las dejó "en el camino". "Sobre todo en cuanto a pretensiones y adscripciones estéticas", afirma, asuntos que ahora observa "como un lastre" y que al soltarlo gana "en naturalidad y soltura" a la hora de escribir.

Una naturalidad que no se debe confundir con falta de orden o retórica. "Lo que ocurre es que pongo los metros y las técnicas en función del contenido con la intención de que el resultado final dé impresión de claridad", valora el literato que apuesta por el uso del verso clásico castellano y por "el manejo de la técnica del oficio" de escribir como medio para conseguir "el ritmo y la armonía".

Casa en construcción es la Piedra Rosetta que deja al desnudo estas y otras preocupaciones de un poeta que está en permanente diálogo con el mundo, con la realidad cercana y con las sombras del pasado. Las vigas son firmes y las goteras, inexistentes.

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