Se llama Rafael Larios Chacón, aunque quienes le conocen desde hace tiempo siempre le han llamado Calmante.

Es un linense con 58 años a sus espaldas. Fue árbitro de fútbol y llegó a superar las pruebas de acceso a la Tercera División, pero no pudo demostrar de lo que era capaz en esta categoría por problemas internos con el colegio.

También fue entrenador de varios equipos juveniles como la Balona, el San Fernando de La Línea o el Recreativo, y desde la llegada a la presidencia de Alfredo Gallardo forma parte de los utileros, que no utilleros, de la Real Balompédica.

"Me ha tocado la lotería con poder trabajar para la Balona", señala Rafael orgulloso y asegura que si no estuviese a gusto, "ya me habría marchado con mi familia", compuesta por su esposa, cuatro hijos y siete nietos.

El utilero de la Real Balompédica Linense explica que su trabajo no se basa precisamente en realizar unas tareas concretas. "Hago un poco de todo lo que me piden, aquí estamos todos para ayudar a que este equipo llegue a Segunda B", apunta Calmante, persona muy querida en las filas albinegras y a la que aún le queda mucho que hacer por su equipo.